Johnson arranca la campaña electoral con un duro ataque a Corbyn, al que compara con Stalin

Juan Francisco Alonso LONDRES / LA VOZ

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Boris Johnson, en un mitin en Birmingham
Boris Johnson, en un mitin en Birmingham Phil Noble | Reuters

El número dos del Partido Laborista dimite tras meses de enfrentamientos con el líder

06 nov 2019 . Actualizado a las 22:41 h.

La campaña electoral británico más incierta de los últimos años arrancó ayer con la promesa del primer ministro, el conservador Boris Johnson, de «ejecutar el brexit» en la fecha prevista del 31 de enero, y un ataque a su rival, Jeremy Corbyn, al que comparó con el dictador soviético Joseph Stalin por la supuesta animadversión del líder laborista hacia los ricos.

«La tragedia del moderno Partido Laborista bajo Corbyn es que detesta las ganancias de manera visceral (…) ellos apuntan con su dedo hacia individuos con un gusto y una venganza no vista desde Stalin persiguió a los terratenientes», escribió en The Telegraph. Pero los ataques no se quedaron allí y, tras informar a la reina Isabel II sobre la disolución del Parlamento, el premier advirtió que una eventual victoria del laborista sería «una catástrofe» política y económica para el país. «La alternativa es Corbyn y sus dos asesores favoritos: vacilación y retraso, lo cual hará del 2020 el año de dos miserables referendos, uno sobre [la permanencia en] la Unión Europea y otro sobre [la independencia de] Escocia», lanzó.

Por su parte, Corbyn respondió diciendo que él será un primer ministro distinto, «uno que no cree que nació para gobernar o que cree que la política es un juego». Prometió que un eventual Gobierno laborista perseguirá a los evasores de impuestos y hará que quien más tenga más pague. «Mi opinión personal sobre los multimillonarios es que obviamente tienen una gran cantidad de dinero y por lo tanto deben para pagar muchos más impuestos», zanjó.

Corbyn aprovechó la renuncia forzada del secretario tory para Gales, Alun Cairns, para atacar a Johnson. «No deberían presentarlo como candidato en las elecciones», dijo. Cairns dimitió tras revelarse que mintió en relación a un juicio por violación en el que estuvo involucrado un ayudante.

Watson abandona

Pero horas después Corbyn tuvo que enfrentarse a la dimisión del número dos del partido, Tom Watson, como miembro de la dirección de la formación laborista. La animadversión entre ambos era pública y notoria, como quedó patente en el congreso laborista celebrado en septiembre, con conspiración incluida para desahecerse del díscolo vicelíder.

Tanto Watson como Corbyn han chocado en los últimos meses sobre la postura del partido respecto al brexit y sobre la forma en la que la dirección manejó las acusaciones de antisemitismo dentro de la formación. Watson siempre ha defendido que el partido debe defender sin ambigüedades la permanencia del Reino Unido en la UE, algo que Corbyn ha descartado en repetidas ocasiones.

En una carta abierta dirigida al líder laborista, Watson aseguró que su decisión es «personal, no política», aunque su marcha se produce después de diversas controversias públicas con el máximo responsable del partido, informa Efe. «Compartimos muchos intereses, aunque son menos conocidos que nuestras diferencias políticas», señala  en su misiva 

Watson también anunció que no se presentará para ser reelegido diputado.