Presentó su renuncia tras la falta de apoyo del Ejército, pese a acatar el dictamen de la OEA y aceptar la repetición de los comicios
11 nov 2019 . Actualizado a las 15:17 h.Fin a casi 14 años de Gobierno de Evo Morales. El líder boliviano renunció a la presidencia a media tarde del domingo local, después de que las Fuerzas Armadas y la policía pidiesen su dimisión. «La lucha no termina aquí. Los humildes, los patriotas, vamos a continuar luchando por la igualdad y la paz», dijo el ya exmandatario en una alocución televisada.
Morales denunció un golpe de Estado y criticó a los opositores Carlos Mesa (su rival en las urnas en octubre) y Luis Fernando Camacho, líder del federalista Comité Cívico de Santa Cruz. «Espero que entiendan el mensaje. Mesa y Camacho, no perjudiquen a los pobres, no le hagan daño al pueblo. Queremos que vuelva la paz social. Grupos oligárquicos conspiraron contra la democracia. Fue un golpe de Estado cívico y policial», dijo.
Horas antes, un pronunciamiento militar sacudió Bolivia. «Tras analizar la situación conflictiva interna, sugerimos al presidente que renuncie a su mandato y permita la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad por el bien de nuestra Bolivia», reclamó, en alocución televisada, el jefe del Ejército, Williams Kaliman.
Morales había anunciado, poco antes, una repetición de las elecciones, después de que la Organización de los Estados Americanos (OEA) informase de que detectó irregularidades en el sistema informático con el que se realizó el recuento de los comicios del 20 de octubre. Pero el pronunciamiento del Ejército precipitó los acontecimientos. Poco después del anuncio de los militares, la policía, que llevaba amotinada desde el pasado viernes, emitió un comunicado en la misma línea.
La tensión era máxima en las calles. Las viviendas de dos gobernadores regionales y de una hermana de Morales fueron incendiadas. El ya expresidente, de hecho, dijo que renunció para que terminase esa violencia contra sus allegados y que llegaron a entrar en casa de uno de sus ministros y a secuestrar a su familia para que criticara al Gobierno.
Mensaje de Mesa
«A Bolivia, a su pueblo, a los jóvenes, a las mujeres, al heroísmo de la resistencia pacífica. Nunca olvidaré este día único. El fin de la tiranía. Agradecido como boliviano por esta lección histórica, ¡viva Bolivia!», dijo el opositor, Carlos Mesa, cuando conoció la renuncia de Morales.
La crisis boliviana comenzó el pasado 20 de octubre, cuando la oposición denunció un fraude en el recuento. Morales se impuso, según el escrutinio oficial, al candidato opositor Carlos Mesa por 10,57 puntos, evitando una segunda ronda electoral por apenas 0,57 puntos.
Morales deja la presidencia después de convertirse, en el 2006, en el primer presidente indígena de Bolivia. La economía creció una media del 4,6 % anual durante su mandato, y se mejoró el nivel de vida de los ciudadanos con menos recursos. El 63 % de los bolivianos vivían por debajo del nivel de pobreza en el 2002 y ahora la cifra era del 35 %, según el Banco Mundial. Pero su popularidad se redujo en los últimos años, después de que decidiera volver a optar a la reelección, a pesar de que la Constitución lo prohíbe, y de que los bolivianos hubieran desechado la opción de cambiar la carta magna en un referendo celebrado en febrero de 2016.
El anuncio llegó desde su bastión, Cochabamba, adonde viajó en el avión presidencial. Se especuló con su salida del país, pero durante la alocución dijo que no necesitaba escapar.