La tragedia que no cesa en el pop coreano

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LAVOZ

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Víctima del ciberacoso y chantajeada por su expareja, Goo Hara aparece muerta un mes después de que Sulli se suicidase

27 nov 2019 . Actualizado a las 00:12 h.

Fama deslumbrante, éxito internacional, pop multicolor, presiones de una industria insaciable, depresión silenciosa, exposición de la vida privada en redes sociales, chantaje de su expareja y, finalmente, muerte. La secuencia que llevó al trágico final de Goo Hara ha vuelto a colocar al llamado k-pop (música popular de Corea del Sur) en las noticias por motivos muy diferentes a los musicales. Tras intentar quitarse la vida en mayo (su mánager lo evitó tras encontrarle inconsciente en su casa), el pasado domingo aparecía muerta. Desde el primer momento se pensó en el suicidio. La aparición de una nota «pesimista», tal y como indicaba la policía surcoreana, parece marcar el paso en ese sentido. La autopsia final, que ayer estaba pendiente de realizarse, lo confirmará.

La noticia, que ha sacudido a la inmensa comunidad internacional que sigue a este tipo de artistas, vuelve a poner el foco en la industria del k-pop. Los artistas están sometidos a una gran presión, tanto por las exigencias de las propias discográficas y managers como el escrutinio público, con una exposición total de sus vidas privadas y la amenaza perenne del ciberacoso. No había pasado ni un mes que otra cantante, Sulli, se quitaba la vida tras haber sido víctima de críticas y ataques despiadados en Internet. Ambas eran amigas.

Goo Hara era toda una celebridad pop en Asia. Tras formar parte del grupo Kara, emprendió una trayectoria en solitario marcada por el éxito. Este tenía otra cara. Su ex novio Choo Jong-Bum la tenía amenaza. Amagaba con difundir imágenes sexuales suyas sin consentimiento. Ella lo denunció y emprendieron una batalla legal. También dijo que había sido víctima de violencia física. En verano, tras el primer intento de suicidio, habló en las redes sociales de la depresión, se pronunció contra el ciberacoso y pidió que los fans lanzasen comentarios positivos. Sin embargo, nada de esto evitó el fatal desenlace del pasado fin de semana. Ese mismo día ponía en Instagram una foto suya diciendo «buenas noches».

Esta muerte y la de Sulli se unen a otras de varones registraras con anterioridad en el mismo ámbito. El año pasado fallecía Seo Min-woo, líder del grupo 100%, a causa de un infarto. En el 2017 fue Jonghyun quien se suicidó. Es la cara trágica de la felicidad exterior del k-pop.