«¿Satisfyer? Gracias a él estamos hablando sobre sexo femenino»

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MARCOS MÍGUEZ

La autora sevillana María Hesse ilustra y narra la sexualidad de la mujer en un libro crítico con nuestra educación que reivindica el derecho al placer

14 dic 2019 . Actualizado a las 09:40 h.

El último libro ilustrado de María Hesse (Huelva, 1982) es una novela de historia, de mitología, de anatomía, un diario confesional y un acto de amor, como dice Lara Moreno en su prólogo. La autora de Bowie o Frida Kahlo escribe y dibuja El Placer (Lumen), un tratado en forma de cuento sobre la sexualidad femenina donde recupera leyendas como Lilith, la primera mujer antes de Eva, y a pioneras reales como Eve Ensler, Colette, Helen O'Connell (la primera que estudió la anatomía del clítoris) o Anne Sexton. Unas páginas placenteras, para disfrutar sin complejos.

«Quería hacer un libro agradable de ver. Es una crítica a la educación que recibimos, pero no está hecho de una forma agresiva. Quería que apeteciera mirar las ilustraciones», cuenta Hesse. El resultado es un regalo para hijas, madres, amigas o, por qué no, abuelas.

­-¿Por qué un libro sobre sexo?

-Quería hacer un libro erótico. Me apetecía, pero empecé con el de Bowie y la idea se quedó parada. En medio, subí un par de ilustraciones que hablaban sobre la sexualidad y nuestro placer y fueron censuradas. Ahí empecé a plantearme que quizá no estaba todo tan superado, me refiero a los tabúes. Empecé a investigar y a leer sobre feminismo. De ahí salió El Placer, de la necesidad de contar mis experiencias y analizar el contexto en el que había crecido y en el que estamos.

­-¿Es un libro generacional?

-Pensé que iba a ser un libro muy generacional, pero lo que me encontré es que sigue habiendo una ausencia de educación sexual en los colegios y que hay muchos estigmas que siguen siendo reales. De hecho, hay cosas que se han endurecido.

­-¿En qué retrocedemos?

-En nuestra época, acceder al porno era muy complicado. Ahora es muy fácil, el porno que consumen es muy agresivo, sexo grupal, ahogamientos, y empiezan a verlo de niños. A los 9 años uno no distingue ficción de realidad, menos cuando no recibe una educación paralela.

­-¿Por qué hay que hablar de sexo?

-Para normalizar ciertas cosas hay que hacerlas públicas, manifestar que nosotras también somos sexuales y no un objeto, sino el sujeto del placer. Este libro trata de ser como esas conversaciones que había tenido con mis amigas. Aprendí del sexo hablando con ellas. Cuando era pequeña se decía a los niños «No te masturbes, que te van a salir granos». A nosotras no nos los decían. Nuestro placer dependía de que nos lo diera un hombre.

­-¿Sabe si las madres también están comprando «El placer»?

-Me estoy encontrando, en las presentaciones, con hijas que se lo regalan a las madres. Esto me parece precioso. A mí, mi madre no me educó sexualmente. Ella comprende que tuvimos una carencia y que no es algo que hicieran intencionadamente, no se les pasaba por la cabeza porque era algo que tampoco habían recibido.

­-Y los hombres, ¿se asomarán al libro?

-A los hombres también tienen que hacerlos conocedores de nuestra sexualidad. Del respeto, de preguntar, del lenguaje no verbal, de la aceptación del no.

-¿Avanzamos?

-Hemos avanzado, en general, pero, siempre que un sector se vuelve más reivindicativo, otro se radicaliza. En redes sociales he recibido insultos, directos, violentos, que dicen: «A ti lo que te hace falta es un buen polvo» o «porque no te he follado yo». ¡Normal que no lo hayas hecho tú! También hubo quien me dijo que sus abuelos ya tenían libros sobre sexualidad. Me pareció una crítica elitista.

-¿Leyó «50 sombras de Grey»?

-¡Ay! Lo odio. Y mira que lo cogí con interés y leí el primero. Es tremendo, muy machista. El problema no es que hable del sadomasoquismo, sino que parte de que él lo practica porque tiene un trauma. Es súper posesivo, celoso, destructivo, y ella, sumisa. No hay por dónde cogerlo.

-¿La masturbación femenina es tabú?

-Del sexo, la masturbación es de lo que más trabajo ha costado que las mujeres hablemos entre nosotras. También del fracaso. Hablábamos de éxitos con los chicos, pero era muy complicado contar cuánto tardabas en llegar a un orgasmo. No se verbalizaba, a quien le pasaba parece que tenía un problema. Cada una tenemos nuestros tiempos. Hablar del fracaso costaba, de la masturbación mucho más. Quien hacía eso, masturbarse, era una guarra, era el estigma. A nosotras, el placer era algo que nos rozaba solamente cuando estábamos con una pareja.

-¡Hasta que llegó Satisfyer!

-Lo interesante del Satisfyer [succionador de clítoris] es que ha hecho que hablemos de que las mujeres nos masturbamos. Se habla sobre sexo femenino. Nos masturbábamos mucho antes, pero ahora lo verbalizamos.

-Ya tiene dos cosas buenas, entonces.

-¡Tres! Mujeres que no llegaban al orgasmo, y que pensaban que no podían alcanzarlo, con el Satisfyer... sí, porque, en general, va. Cada una que saque sus conclusiones... [sonríe].

-¿Tienen que preocuparse las parejas?

-No deberían. Si nos prestan atención, no tienen por qué tener miedo [bromea].

-¿Por qué placer y feminismo deben caminar juntos?

-Que nosotras tengamos la autonomía de tener nuestro placer nos libera. Hace que no dependamos del hombre para tener sexo. A mí me encanta mantener relaciones sexuales con los hombres, una cosa no quita la otra. Un orgasmo genera endorfinas, serotonina, nos hace estar más felices, ser más creativos. Por eso feminismo y placer van de la mano.

«El Placer»

MARÍA HESSE

EDITORIAL lumen PÁGINAS 160 PRECIO 20,80