Condenada a prisión permanente revisable la madre que mató a su hija de 9 años en Bilbao

Ainhoa de las Heras COLPISA | BILBAO

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Imagen de la puerta de la vivienda de Bilbao donde se produjeron los hechos
Imagen de la puerta de la vivienda de Bilbao donde se produjeron los hechos

El jurado la declaró culpable de acabar con la vida de la niña suministrándole un cóctel letal de medicamentos y asfixiarla

27 dic 2019 . Actualizado a las 19:43 h.

Inmaculada T.S., Ada, de 38 años, pasará a la historia por ser la primera vizcaína condenada a prisión permanente revisable por cometer uno de los delitos más execrables, matar a su propia hija, de 9 años, según la sentencia hecha pública por la Sección Sexta de la Audiencia vizcaína.

La niña, Kiara, nunca esperó que su madre, la persona que hasta ese momento la cuidaba, iba a suministrarle en la bebida un cóctel letal de hasta seis medicamentos de los que ella tomaba para paliar el dolor por una doble hernia discal, entre otros problemas de salud. Después, cuando estaba «amodorrada» y sin ninguna posibilidad de defensa, la mujer le colocó una almohada en la boca para asegurarse el resultado que buscaba y que dejara de respirar.

La magistrada Nekane San Miguel apenas ha tardado una semana en fijar la pena en base al implacable veredicto de culpabilidad que dictó por unanimidad el jurado el día 19. La jueza incluye en el fallo una crítica explícita a esta medida, aprobada en el 2015 y que está pendiente de recurso ante el Tribunal Constitucional.

San Miguel habla de «cadena perpetua, eufemísticamente llamada prisión permanente revisable», y advierte que no le queda «otra alternativa» que aplicarla, ya que se trata de «una pena única de imposición imperativa en los casos previstos en la norma». Según ella, la medida carece de definición y flexibilidad. En este caso, la condena será revisada una vez que haya cumplido 25 años de cárcel.

Confesión

Ada fue declarada culpable de asesinato agravado, por tratarse la víctima de una niña de 9 años, con el agravante de parentesco y un atenuante «poco relevante» de confesión. Al despertar, la mujer admitió ante la policía que le había dado los barbitúricos. Sin embargo, siempre ha mantenido que fue una tercera persona, un hombre vestido de negro, que en su declaración en el juicio llegó a identificar con nombre y apellidos, quien le había obligado a matar a la cría y después a intentar suicidarse.

La magistrada reprocha en la resolución que la defensa no aportara «ni un solo dato» que permitiera albergar «dudas razonables» sobre la falta de voluntad de matar de la madre, ni tampoco justificara una «situación de miedo insuperable» a la que le pudo llevar ese individuo, que no ha llegado a estar acusado. La letrada tan solo «sembró dudas» al hallarse una huella sin identificar en la carta manuscrita que dejó Ada a modo exculpatorio y restos de ADN de un varón en el rostro de la niña, que podrían corresponder a alguno de los sanitarios o agentes que acudieron a la vivienda a auxiliarla.

El fallo concede una indemnización de 20.000 euros a la hermana mayor de Kiara, quien la encontró muerta en la cama el pasado 16 de enero. Y rechaza conceder cantidad alguna al padre, Valeriano Borja, que ejercía la acusación particular, pero que cuando nació la niña no la reconoció, según alega, porque Ada le pidió que no lo hiciera por miedo a perder una ayuda social.