Sánchez renuncia a ser investido antes de enero y enfría la negociación con ERC

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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La ministra Margarita Robles, durante su visita a la  Base Aérea de Torrejón de Ardoz para conocer las características y funcionamiento del simulador C15, del Ala12, una de las unidades principales del Mando Aéreo de Combate (MACOM) del Ejército del Aire
La ministra Margarita Robles, durante su visita a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz para conocer las características y funcionamiento del simulador C15, del Ala12, una de las unidades principales del Mando Aéreo de Combate (MACOM) del Ejército del Aire Ballesteros | EFE

La demora de la Abogacía del Estado podría llevar la votación hasta más allá de Reyes

27 dic 2019 . Actualizado a las 08:36 h.

Las prisas y las negociaciones frenéticas entre el PSOE y ERC para conseguir cerrar la investidura de Pedro Sánchez antes de fin de año han dejado paso a un tiempo político más calmado y a un calendario más largo. Aunque los socialistas son los más interesados en cerrar el acuerdo cuanto antes por temor a que nuevas interferencias puedan frustrarlo, consideran ya imposible que haya Gobierno antes de las campanadas de Nochevieja. Y, pese a que apuntan al 5 de enero, ni siquiera descartan que la votación para la investidura se retrase hasta más allá del día de Reyes. La clave sigue siendo la posición de la Abogacía del Estado en torno a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Los independentistas catalanes presionan para que, a cambio de su abstención, ese informe apoye la puesta en libertad de su líder, Oriol Junqueras, para que pueda recoger su acta de eurodiputado. A pesar de que ese escrito no es vinculante para el tribunal, que será el que decida, ese es el «gesto» que exigen a Sánchez. Y el PSOE, descartada ya la investidura exprés, trata de convencer a ERC de que el Gobierno en funciones no puede forzar más allá de lo razonable el posicionamiento de los servicios jurídicos del Estado y de que es jurídicamente muy complicado defender la puesta en libertad de Junqueras una vez que ha sido condenado ya en firme. Algo que la Fiscalía ha rechazado de plano en su propio escrito.

Aunque el Congreso llegó a declarar los días del 28 al 30 de diciembre como hábiles a efectos parlamentarios en previsión de que pudiera haber una investidura rápida, la fecha ha pasado a un segundo plano. Ni siquiera Unidas Podemos ni los socios minoritarios necesarios para sumar una mayoría, como el PNV, muestran ya esa máxima urgencia y apuestan más bien por retrasar la votación hasta más allá del ocho de enero, para eludir así la imagen de un procedimiento atropellado, con el Parlamento reunido para investir a un presidente mientras los españoles disfrutan de las vacaciones navideñas. En esas condiciones, PSOE y ERC mantienen el pulso. Pese a la expectación, la Abogacía del Estado sigue sin presentar sus alegaciones, sin las cuales no hay posibilidad de que los independentistas catalanes se avengan a abstenerse en la investidura. Y no parece tener prisa. 

Robles no entiende las «prisas»

La ministra de Defensa y Asuntos Exteriores en funciones, Margarita Robles, enfrió ayer las expectativas. Recordó que hasta el 2 de enero no concluye el período concedido para presentar ese escrito y que los plazos «pueden apurarse hasta el final». Y añadió que no entiende por qué «a todo el mundo le han entrado unas prisas tremendas». Según sus propias palabras, su deseo era echar «un capote» a la Abogacía del Estado para defender su independencia y negar que exista una «explicación política» al hecho de que todavía no se haya pronunciado. Algo que, según dijo, saben en ERC porque en sus filas hay «juristas importantes».

Para tratar de agilizar el proceso, el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, intervino por primera vez en la negociación y el pasado día 23 se reunió en el Congreso con Sergi Sabrià, presidente de ERC en el Parlamento catalán y con la diputada Carolina Telechea. Pero, más allá de constatar la buena relación, el pacto sigue bloqueado hasta que la Abogacía se pronuncie.

Robles niega malestar en el Ejército y critica al general Coll por hablar de traición 

La ministra de Defensa y Asuntos Exteriores en funciones, Margarita Robles, negó ayer que exista malestar en la cúpula militar ante la negociación del PSOE con ERC para sacar adelante la investidura de Pedro Sánchez. Robles insistió en que «nadie» desde las Fuerzas Armadas le ha trasladado su preocupación por esos contactos. La ministra sí criticó, sin embargo, al general en la reserva Fulgencio Coll por sus manifestaciones sobre el presidente del Gobierno. El que fuera jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME) desde el 2008 al 2012, y que actualmente es portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Palma de Mallorca, publicó un artículo en el que arremetía contra el jefe del Ejecutivo en funciones y proponía incluso acusar al líder de los socialistas de un delito de traición por suponer «un problema para la seguridad nacional». La titular de Defensa aseguró que las manifestaciones de Coll son «a título particular», dado que se trata de un general retirado. Pero, aun así, criticó que «alguien como él», que ha sido servidor público y fue JEME con el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, «se permita el lujo» de descalificarlo. Robles quiso dejar claro que «las Fuerzas Armadas no son ni pueden ser usadas partidistamente por nadie». «Tenemos unas Fuerzas Armadas de las que me siento orgullosa que se caracterizan por una neutralidad política», señaló, y añadió que «nadie, sea cual sea su pasado, puede hablar en nombre de esas Fuerzas Armadas que defienden la Constitución, España y nuestra democracia».