Consuelo Castro, la gallega guardiana del secreto

R. Gorriarán MADRID / COLPISA

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Consuelo Castro, jefa de la Abogacía del Estado
Consuelo Castro, jefa de la Abogacía del Estado CESAR QUIAN

Es la jefa de los servicios jurídicos de la Administración que deberá pronunciarse sobre la inmunidad de Oriol Junqueras, una decisión que puede condicionar la investidura de Pedro Sánchez

29 dic 2019 . Actualizado a las 13:36 h.

Pocas veces un dictamen de la Abogacía del Estado ha levantado tanta expectativa como el que tiene que emitir este organismo sobre el caso Junqueras. De lo que guste ese texto a Esquerra depende en buena medida la investidura de Pedro Sánchez. Consuelo Castro Rey, gallega de Ourense, 55 años, y con tradición familiar de abogados del Estado, será la responsable en última instancia del desenlace.

La jefa de los servicios jurídicos de la Administración es, según quienes la tratan, una mujer discreta, muy profesional y sin adscripción ideológica conocida. Fue la primera mujer en ingresar hace siete años en la Academia Gallega de Jurisprudencia y lo hizo con un discurso en su lengua materna para defender el uso del gallego en la administración de justicia.

Aunque es reconocida su independencia partidista, hay quien dice que serviría de igual manera a un Gobierno del PSOE que del PP, ha demostrado una buena sintonía profesional con su jefa, la ministra de Juisticia, Dolores Delgado. Sobre todo en los asuntos relacionados con el proceso independentista de Cataluña. Su nombre se asomó a los medios de comunicación con el sonoro enfrentamiento que mantuvo con un pata negra de los servicios jurídicos, Edmundo Bal, en la actualidad diputado de Ciudadanos. En octubre de 2018, el entonces abogado jefe del departamento de penal se reafirmó que de acuerdo a su visión del relato de los hechos el delito cometido por líderes del procés era rebelión. No lo vio así la abogada general, que ordenó cambiar las alusiones a la violencia recogidas en el escrito de Bal por disturbios o choques, y, por supuesto, sedición en vez de rebelión. A Consuelo Castro no le tembló el pulso y destituyó al prestigioso jefe de lo penal de la casa.

Artífice del volantazo

La abogada general del Estado quedó como la artífice del volantazo, pero en realidad seguía los criterios del Gobierno, deseoso de rebajar la carga penal a los acusados del procés. Volvió a demostrar la sintonía en junio pasado, cuando apoyó que Junqueras saliera de la cárcel para acreditarse como eurodiputado. Y lo corroborará en el escrito que presentará en las próximas horas sobre el caso Junqueras.

Solo ella está en el secreto de cuantas cucharas han metido desde el Gobierno en su dictamen y desde cuando está redactado y guardado bajo siete llaves. Los ministros juristas, Carmen Calvo, Fernando Grande-Marlaska, Margarita Robles y Dolores Delgado, han hecho sus aportaciones a un texto que guardará un delicado equilibrio. No puede desdecirse de la posición inicial de la Abogacía de permitir a Junqueras acreditarse como eurodiputado, pero tampoco puede dejar en papel mojado la sentencia del Tribunal Supremo.

«Tiene espalda suficiente como para aguantar las críticas que irremediablemente van a surgir», anticipa un conocedor de la personalidad de la jefa de los servicios jurídicos, que con tres décadas en el cuerpo de letrados del Estado y que antes de instalarse en Madrid ya tuvo que lidiar con casos de gran calado. Defendió a la Administración en la causa del Prestige y logró la absolución del que era director general de la Marina Mercante durante la catástrofe ecológica causada por el petrolero. También veló por los intereses de Adif en el accidente del tren Alvia en Angrois, en el que perdieron la vida 80 personas hace seis años y medio. Curtida está.