Dolores Delgado, Valerio, Carcedo y Guirao, los caídos en el nuevo Gobierno

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado REDACCIÓN

ACTUALIDAD

La ministra de Justicia, Dolores Delgado, en una de sus intervenciones en el Congreso
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, en una de sus intervenciones en el Congreso Juan Carlos Hidalgo | Efe

La ministra de Justicia se queda fuera del Gabinete tras haberse visto involucrada en un par de escándalos

12 ene 2020 . Actualizado a las 14:41 h.

 El nuevo Consejo de Ministros deja a cuatro grandes damnificados. Tal como avanzó este periódico en su edición del martes, una de las que tenía muchas papeletas para salir del Gobierno es la todavía ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, quien a pesar de la influencia del juez inhabilitado Baltasar Garzón, se queda fuera. En la pasada legislatura se vio afectada por varios escándalos; el más sonado, unas comprometidas grabaciones en una distendida comida con el comisario Villarejo. Las presiones sobre la Abogacía del Estado en plenas negociaciones con ERC para que el informe sobre la inmunidad de Junqueras fuese en el sentido que más interesaba al Ejecutivo tampoco jugaron a su favor. Sus relaciones con la cúpula judicial son nefastas. A pesar de que no tiene carné del PSOE (es fiscal), se involucró como la que más en la campaña electoral, pero no fue suficiente.

Otra víctima es Magdalena Valerio. La socialista se queda sin la cartera de Trabajo, que pasa a manos de Yolanda Díaz, y tampoco dirigirá la de nueva creación de Seguridad Social, puesto para el que Sánchez se ha decantado por una cara nueva como José Luis Escrivá Belmonte.

Parches de Sanidad y Cultura

María Luis Carcedo es, al igual que Valerio, otra reconocida sanchista dentro del PSOE, pero tampoco seguirá al frente de Sanidad. Carcedo llegó al Gobierno como un remiendo para tapar la abrupta salida de la primera ministra de Sanidad elegida por Sánchez, Carmen Montón, que fue forzada a dimitir tras trascender que había plagiado su trabajo de fin de máster.

Tres cuartas partes de lo mismo sucedió con José Guirao Román, quien se hizo cargo del departamento de Cultura y Deporte a los pocos días de ponerse a andar el «Gobierno bonito» debido a otra dimisión forzosa, la de Máxim Huerta, quien tras disfrutar en París de un nuevo título de Nadal de Roland Garros, se vio forzado a salir por arrastrar irregularidades a la hora de declarar impuestos. Huerta fue rescatado a los pocos meses por Rosa María Mateo para conducir un programa en TVE.