La cumbre en Berlín finaliza con un acuerdo de alto el fuego en Libia

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ, AGENCIAS

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ALEXEI NIKOLSKYSPUTNIKKREMLIN | Efe

Exige cumplir de forma «unívoca» el embargo de armas y apuesta por una tregua «duradera» y «verificable»

20 ene 2020 . Actualizado a las 08:26 h.

Alto el fuego y embargo de armas, esas son las palabras claves del acuerdo al que se llegó ayer en Berlín en la conferencia internacional sobre Libia por parte de los aliados internacionales del Gobierno del país árabe, respaldado por la ONU, y de las fuerzas rebeldes. El documento insta a todos los actores a una «suspensión sostenida de las hostilidades» y exige pasos «creíbles» y «verificables» hacia el alto el fuego, así como «el desmantelamiento» de los grupos armados y milicias. Incluso se establecerán comités técnicos para supervisar su cumplimiento. El acuerdo también insta a cumplir de forma «unívoca» con el embargo de armas y a denunciar sus violaciones. También, a evitar cualquier acción que pueda «exacerbar el conflicto».

Otro de los aspectos importantes es que todas las partes respaldan el acuerdo político libio como base para las negociaciones políticas y apoyan la formación de un órgano único para gobernar el país. El proceso debe ser liderado y controlado por Libia y consideran vital restaurar la institucionalidad y celebrar elecciones presidenciales y legislativas «libres, creíbles, inclusivas y justas», según informa Efe.

Por otro lado, todas las partes deben respetar la ley humanitaria internacional y los derechos humanos y se comprometen a disociarse, combatir y a congelar todos los activos de cualquier grupo considerado por la ONU como terrorista. El acuerdo también reconoce que la Compañía Nacional Petrolera de Libia es la única legítima propietaria del crudo en el país árabe. E insta a reformar la empresa y a un reparto justo de sus ingresos.

Asimismo, el documento insiste en el fin de las milicias y de las fuerzas rebeldes, así como el respeto a la unidad de Libia y a su soberanía nacional.

«Se puede decir que la conferencia de Libia hace una importante contribución a los esfuerzos de paz de la ONU», explicó la canciller alemana, Angela Merkel, que organiza la cumbre junto con la ONU y que desveló que según su opinión «no hay posibilidad para una solución militar», mientras que destacó la necesidad de encontrar una salida política. Además, indicó que se trata de un plan «comprensivo» y «vinculante» que «no soluciona todos los problemas», pero que sí da un «impulso» a una solución diplomática.

Merkel insistió en que el «embargo de armas» debe ser «fuertemente controlado» para garantizar su cumplimiento y que para que el acuerdo tenga validez internacional debe ser ahora aprobado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Un documento en el que aparecen todos los actores relevantes en el conflicto

La importancia de esta conferencia es notable ya que, por vez primera, y tras años de conflicto se ha logrado reunir a todos los actores relevantes en este conflicto, tanto dentro del país árabe como en el ámbito internacional. Allí han estado el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, el de Rusia, Vladímir Putirn, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, el británico, Boris Johnson, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, además del presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi. También, el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit. El mariscal Jalifa Hafter, hombre fuerte de Libia, cuenta con el respaldo de Rusia, Arabia Saudí, Egipto y Emiratos Árabes Unidos. Mientras que Francia y Estados Unidos le apoyan políticamente.

Por su parte, el Gobierno de Acuerdo Nacional de Al Serraj, está apoyado por la UE, la ONU, Italia y Catar, tanto política como financieramente. También recibe apoyo militar de Turquía en cuanto a la violación del embargo de armas. Reunir a todos estos actores en una mesa de negociación internacional ya se consideraba de por sí un éxito para Alemania como mediador, según informa Efe. El conflicto de intereses se debe tanto a su riqueza petrolera como a su país de tránsito de migrantes africanos a Europa.