Una acción simbólica a la espera de medidas que sí afectarán al ciudadano

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

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Manifestación de estudiantes por el clima, frente a la Delegación del Gobierno en Baleares
Manifestación de estudiantes por el clima, frente a la Delegación del Gobierno en Baleares

Las verdaderas reformas para la transición ecológica llegarán con las leyes de cambio climático y energía

22 ene 2020 . Actualizado a las 08:24 h.

La declaración de emergencia climática aprobada ayer por el Gobierno supone la ratificación del acuerdo aprobado ya por el Parlamento en este mismo sentido en septiembre del pasado año. En realidad el texto es una declaración de intenciones, un acto simbólico en el que se expresa la voluntad del Gobierno de situar la lucha contra el cambio climático y la descarbonización de la economía entre las prioridades de la agenda política Es cierto que se ha anunciado un paquete de 30 medidas, cinco de las cuales se intentarán desarrollar en los primeros cien días de Gobierno, pero las grandes reformas vendrán de leyes como la de Cambio Climático y Transición Energética, que se espera aprobar en poco más de tres meses, o del Plan Nacional de Clima y Energía. Habrá, sin embargo, un tiempo de transición, para adaptarse a los nuevos cambios que se esperan. 

¿España actúa por su cuenta con medidas más radicales que otros países europeos?

En realidad no. Todas las medidas que se implanten en el futuro tendrán como objetivo adaptarse al compromiso de España con la Unión Europea de reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 55 % en el 2030 con respecto a los niveles de 1990 y de alcanzar la neutralidad climática en el 2050. Es decir, lo que se libere a la atmósfera deberá ser compensado. 

¿Es pionera en la declaración de emergencia climática?

Tampoco, aunque es cierto que es de los países que están en la avanzadilla. El Parlamento Europeo aprobó la declaración en diciembre pasado, pero antes ya lo habían hecho países como Francia, Canadá, Austria o Argentina. En el Reino Unido, el Parlamento aprobó la declaración, pero no fue apoyada por el Gobierno. En Estados Unidos, 18 ciudades, entre ellas Nueva York, ya lo han hecho, al igual que otras de Australia como Sídney. Más de 11.000 científicos de 153 países también la declararon. 

¿España prohibirá los coches diésel y de gasolina?

No hay ninguna medida aprobada en este sentido, pero es cierto que tienen los años contados. En parte porque el compromiso con la UE obliga a que todos los vehículos tengan emisiones cero en el 2050. El Gobierno había barajado a principios del pasado año que la venta de automóviles diésel y de gasolina se prohibiese en el 2040 -Francia ya lo hizo y Gran Bretaña prevé hacerlo, mientras que Dinamarca, Países Bajos e Irlanda adelantaron el veto al 2030 y Alemania ya impide circular a los más antiguos-, aunque la medida quedó en el aire. Pero sí es probable que se retome en esta legislatura. En la fase de transición es probable que se desincentive la compra de coches diésel y de gasolina eliminando las ayudas y que, por contra, se subvencione la movilidad eléctrica. En esta línea, en una de las medidas anunciadas ayer, el Ejecutivo obligará a los ayuntamientos de más de 50.000 habitantes a establecer zonas de bajas emisiones. A los transportes más viejos y contaminantes se les podría impedir el acceso al centro. Son medidas que tendrán un impacto directo en el ciudadano y la industria que deberían ser apoyadas por ayudas a la adaptación.