Ábalos dice que Delcy Rodríguez no pisó suelo español, pero recorrió 8 kilómetros

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

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José Luis Ábalos, secretario de organización del PSOE y ministro de Transportes
José Luis Ábalos, secretario de organización del PSOE y ministro de Transportes XOAN A. SOLER

Sánchez intenta proteger a su responsable de Transportes apartándolo de los medios

28 ene 2020 . Actualizado a las 08:48 h.

El ministro de Transportes y secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, se ha convertido en una de las caras más visibles y en una de las personas más influyentes tanto dentro del Gobierno como del partido. Pero Pedro Sánchez ordenó este lunes el apagón. Ni una sola entrevista más. Ni siquiera salió a ofrecer la habitual rueda de prensa de los lunes en Ferraz tras la reunión de la ejecutiva del partido. En su lugar la dio Cristina Narbona. Incluso canceló un viaje a Bogotá (Colombia) que tenía previsto para este martes. Tampoco hizo acto de presencia en el desayuno informativo protagonizado este lunes en Madrid por el presidente valenciano, su amigo Ximo Puig.

Ábalos estará alejado del foco mediático durante unos días para ver si así logra que amaine la tormenta política que se ha desencadenado a raíz de su encuentro nocturno en Barajas con la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, y que no ha hecho más que engordar con el paso de los días a consecuencia de las distintas y contradictorias versiones que ha venido ofreciendo el responsable de la antigua cartera de Fomento.

En la última, ofrecida la noche del domingo en La Sexta, el máximo responsable de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana negó haber mantenido «una reunión» con la dirigente venezolana que tiene prohibida la entrada y el tránsito por la Unión Europea, acusada de crímenes de lesa humanidad, y rebajó la cita al nivel de «un encuentro, un saludo». Sin embargo, admitió que estuvieron juntos entre «unos 20 y 25 minutos» en los que le detalló la prohibición de acceder al país. 

Legalidad europea

El Gobierno mantiene que se ha cumplido con la legalidad europea y que «se garantizó que no entrase ni transitase por España», aseguran fuentes autorizadas del Ministerio del Interior. Sin embargo, desde Bruselas no lo tienen tan claro, y ni un viejo amigo socialista como Josep Borrell, Alto Representante de la UE para la Política Exterior, y hasta hace unos meses miembro del Gabinete, quiso comprometer su palabra para echar una mano. «No sé si se ha cometido una violación [de la legalidad]», manifestó este lunes en una comparecencia en Berlín.

Según Vozpopuli, el digital que avanzó el encuentro irregular entre Ábalos y Rodríguez, la mano derecha de Maduro permaneció al menos siete horas en Barajas custodiada por la policía, pero en lugar de cumplir con la legislación vigente y ordenar su deportación a Caracas, se le permitió embarcar en un avión comercial rumbo a Doha (Catar), por lo que completó los ocho kilómetros que separan la terminal ejecutiva de la terminal satélite de la T4 y pasó el control de las tarjetas de embarque.

El Gobierno se está escudando en que no pasó ningún control de pasaportes, por lo que sugieren que no «pisó» suelo español. Sin embargo, las sanciones de la Unión Europea que pesan sobre la número dos de Nicolás Maduro y otras dos docenas de altos dirigentes venezolanos también prohíben el tránsito por cualquier aeropuerto comunitario.

El PP avanzó que solicitará la creación de una comisión de investigación en el Congreso con el fin de aclarar «la relación entre el régimen bolivariano y el Gobierno de Sánchez», según expuso este lunes su secretario general, Teodoro García Egea. Los populares también piden su cese por las mentiras, aunque Ábalos ya avanzó que no piensa dejar el Gobierno: «A mí no me echa nadie».

La enésima versión del secretario de organización del PSOE sobre su encuentro en Barajas amenaza con no ser la definitiva

La primera reacción del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, fue negarlo todo. Fuentes autorizadas de su departamento desmintieron un encuentro entre el dirigente socialista y la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez. No obstante, a las pocas horas, Ábalos tuvo que dar marcha atrás y admitir que, efectivamente, sí que se produjo dicho encuentro la madrugada del lunes en el interior de un avión privado recién aterrizado en la terminal ejecutiva del aeropuerto de Madrid. Sin embargo, puntualizó que simplemente acudió a Barajas a título particular para recibir al ministro de Turismo de Venezuela, su amigo Félix Plasencia (que sí tiene permiso para entrar en España y cualquier otro país de la UE), y que coincidió que en el mismo avión había viajado la número dos de Maduro, que tiene prohibida la entrada en el territorio Schengen por crímenes de lesa humanidad. 

Una nueva información publicada en Vozpopuli le obligó a volver a cambiar de versión a las pocas horas y Ábalos admitió que sus colegas en el Consejo de Ministros, la responsable de Exteriores y el titular del Interior, González Laya y Marlaska respectivamente, le advirtieron de que en ese avión viajaba también Delcy Rodríguez, a la que solo saludó. «¿Cuánto duró el saludo?», le preguntaron en una entrevista en La Sexta el domingo por la noche. Ábalos no supo concretar, pero dijo que se extendió entre 20 y 25 minutos. El ministro de Transportes y secretario de organización del PSOE también garantizó que Delcy Rodríguez no había pisado suelo español, pero una nueva información ha sacado a la luz que recorrió al menos los 8 kilómetros que separan la terminal ejecutiva de la satélite de la T4 y hasta que pasó un control de tarjetas de embarque, ya que viajó a Catar en un vuelo de una compañía regular.

En Podemos se desmarcan de esta polémica y dicen no saber nada de este encuentro. Incluso se plantean que la reunión de Ábalos con Rodríguez fuese para recabar información comprometida sobre ellos, dadas las conexiones entre la formación morada y el régimen de Maduro.

La crisis saca a la luz las malas relaciones entre dos ministros socialistas

En las dos semanas de vida con las que cuenta el Gobierno de coalición han surgido ya varias crisis internas, desde el nombramiento de Dolores Delgado como fiscala general del Estado, hasta las críticas del vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, a la Justicia española. Generalmente, en todas estas polémicas hay una constante que promete seguir presente durante el tiempo que dure la legislatura, y es la existencia de dos almas dentro del Gobierno.

Sin embargo, la primera gran crisis que el Ejecutivo no ha logrado atajar a nivel comunicativo es una en la que están implicados directamente dos ministerios de responsabilidad socialista. Fuentes parlamentarias apuntan a una falta de entendimiento entre los titulares de Transportes, José Luis Ábalos, y del Interior, Fernando Grande-Marlaska, como la razón por la que este asunto se ha enquistado de tal forma.

En Transportes sospechan que las filtraciones que a diario salpican con nuevos detalles las informaciones del encuentro de José Luis Ábalos con Delcy Rodríguez proceden de altos cargos policiales, de ahí la maniobra de Ábalos de implicar a su compañero de Gabinete en la trama, cuando tanto en sus declaraciones a La Sexta como en una entrevista al diario La Razón declaró que había recibido una llamada de Marlaska pidiéndole que se asegurase de que la vicepresidenta venezolana no bajase del avión, algo que finalmente no sucedió.

Marlaska, por el momento, permanece lejos de los focos, tal y como hicieron el resto de ministros hasta que el sábado Sánchez salió en defensa de Ábalos. A partir de ahí, aparecieron todos. La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, aseguró que el Ejecutivo no ha sufrido «ninguna crisis». La vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, redujo en Onda Cero el encuentro nocturno en Barajas a una «anécdota». La vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, dijo que era una «falsa polémica».

El PP ya ha pedido la comparecencia en el Congreso de Ábalos, Marlaska y de la titular de Exteriores, Arancha González Laya.