Punto final al cordón sanitario a la ultraderecha en Turingia, Alemania

Patricia BAELO CORRESPONSAL / BERLÍN

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Cientos de manifestantes protestaron anoche frente a la sede del Partido Libre Democrático (FDP) en Berlín por no rechazar el apoyo de la ultraderachista AfD
Cientos de manifestantes protestaron anoche frente a la sede del Partido Libre Democrático (FDP) en Berlín por no rechazar el apoyo de la ultraderachista AfD FELIPE TRUEBA | Efe

Indignación en el país germano al elegir al presidente regional, de los liberales, con votos del partido de Merkel y de los ultras de AfD

06 feb 2020 . Actualizado a las 10:52 h.

Turingia, uno de los estados federados más pequeños de Alemania y situado en el este del país, se convirtió ayer en el centro de todas las miradas. Allí, mediante una maniobra política sin precedentes, el candidato del partido liberal FDP, Thomas Kemmerich, salió elegido como jefe del Gobierno regional con el apoyo de los conservadores de la CDU y de la ultraderechista AfD.

Con ello, los liberales no solo violan el cordón sanitario que le impusieron todas las formaciones a la extrema derecha en el 2018, sino que además lo hacen precisamente en el Land en el que AfD, tercera fuerza en las generales del 2017, está liderada por una de sus figuras más radicales: Björn Höcke, que niega el Holocausto nazi.

La «ruptura del tabú», como denominó la prensa a la primera vez en la historia de la posguerra alemana en la que alguien se convierte en presidente regional gracias a los votos ultras, se produce después de meses de negociaciones, tras las elecciones celebradas el pasado octubre en Turingia. Los comicios dieron la victoria a La Izquierda, seguida por AfD, pero la CDU de Angela Merkel rechazó aliarse con cualquiera de los dos partidos, haciendo imposible la formación de un Gobierno.

Se esperaba que Bodo Ramelow, líder regional de La Izquierda, lograra recabar sufragios suficientes gracias al SPD y Los Verdes. Sin embargo en las dos primeras votaciones no consiguió la mayoría absoluta necesaria. Ayer, durante la tercera y última ronda, en la que bastaba con la mayoría simple, la bancada de AfD decidió apoyar en bloque al candidato del FDP, Thomas Kemmerich, que terminó imponiéndose sobre Ramelow por 45 votos contra 44.

«Un día negro»

«Es un día negro. El FDP ha jugado con fuego y ha incendiado Turingia y todo nuestro país», aseguraba ayer el secretario general de la CDU, Paul Zemniak, sobre un proceso polémico que ha generado indignación entre políticos de todos los espectros del tablero.

«Hacerse elegir primer ministro por ultraderechistas es completamente irresponsable. Todos los demócratas debemos estar juntos contra AfD. Quien no lo entienda, no ha aprendido nada de nuestra historia», criticó por su parte el ministro de Exteriores alemán, el socialdemócrata Heiko Maas. Incluso dentro del FDP hubo voces que rechazaron ya cualquier posibilidad de cooperar con el partido ultra AfD y se sumaron al llamamiento a convocar nuevas elecciones en el Land.