La tormenta Ciara «empuja» a un avión y bate el récord de velocidad en un vuelo transatlántico

LA VOZ REDACCION

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ANDY RAIN | efe

British Airways logró conectar Nueva York y Londres en menos de cinco horas

11 feb 2020 . Actualizado a las 17:22 h.

La tormenta Ciara, la primera del año, ha azotado este fin de semana con fuerza a la Europa continental. Al mismo tiempo que obligaba a cancelar decenas de vuelos, también ha provocado otro fenómeno: un avión de British Airways ha batido el récord de velocidad supersónica en un vuelo comercial transatlántico. El avión logró conectar las ciudades de Nueva York y Londres, es decir, recorrer 5.500 kilómetros en apenas cuatro horas y 56 minutos (unos 80 minutos antes de lo previsto). 

Según los registros de Flightradar24, el vuelo BA112 superó los 1.327 kilómetros por hora durante el viaje gracias a una corriente en chorro acelerada por la tormenta Ciara. «Siempre damos prioridad a la seguridad en lugar de a los registros de velocidad, pero nuestros pilotos altamente calificados aprovecharon las condiciones (climáticas) para llevar a los pasajeros de regreso a Londres con mucha anticipación a la hora programada», aseguró British Airways en un comunicado.

El vuelo de British Airways fue un minuto más rápido que un vuelo de Virgin Airbus A350, que aterrizó en Heathrow momentos después. Y superó a otro avión de Virgin que aterrizó media hora más tarde por tres minutos. Estos tres vuelos batieron holgadamente el récord anterior de 5 horas y 13 minutos, que tenía la compañía de bajo coste Norwegian desde enero de 2018.

El vuelo transatlántico de pasajeros más rápido jamás realizado fue un Concorde en 1996 que logró viajar entre Londres y Nueva York en tan solo dos horas y 52 minutos, pero era un avión supersónico. 

La corriente en chorro o jet stream es una autopista de aire que existe en las capas altas de la atmósfera y cuyos vientos pueden superar los 400 kilómetros por hora. Se encuentra donde confluye el aire cálido que asciende desde el sur con el frío que desciende del polo. Esta corriente siempre ha sido un aliado natural para los vuelos que se desplazan hacia el este, ya que permite ahorrar tiempo y combustible.