Los pingüinos barbijo, en peligro

europa press MADRID

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Christian Åslund

Las colonias en la Antártida se han reducido cerca de un 80 % en los últimos 50 años

13 feb 2020 . Actualizado a las 08:43 h.

Las colonias de pingüinos barbijo en la Antártida se han reducido en un 77 por ciento en los últimos cincuenta años, según datos de Greenpeace que señala que las parejas reproductoras han pasado de las 122.550 a apenas 52.786 parejas.

La oenegé inició hace años una campaña en la que pide un Tratado Global de los Océanos que permita la protección del 30 por ciento de los mares, algo que podría lograrse el próximo mes de marzo en Nueva York. Los datos han sido obtenidos por los científicos que participan en la expedición De Polo en Polo, quienes han encontrado disminuciones que califican de «drásticas» en las colonias de pingüinos. Por ejemplo, en la isla Elefante se han analizado 35 colonias de pingüinos barbijo (una de las especies más desconocidas, también llamada chinstrap por su nombre en lengua inglesa) y las conclusiones apuntan a que se han visto reducidas, de media, casi un 60 por ciento.

En algunas colonias la cifra llega hasta el 77 por ciento desde el último recuento, realizado en 1971 y solo se han contabilizado 52.786 parejas reproductoras de pingüinos barbijo, una cifra muy distante a las últimas estimaciones, que apuntaban a unas 122.550 parejas.

La investigadora principal de la expedición y catedrática de Ecología y Evolución de la Universidad de Stony Brook de Nueva York, Heather J. Lynch, concluye que estas disminuciones significativas sugieren que el ecosistema del océano Austral ha cambiado «especialmente en el último medio siglo», y este cambio está afectando a la cadena alimentaria de especies como los pingüinos barbijo. «Si bien varios factores pueden estar jugando un determinado papel, todas las pruebas que tenemos apuntan al cambio climático como responsable de los cambios que estamos viendo», destacó.

La bióloga marina de Greenpeace, Pilar Marcos, ha manifestado que un mundo con menos pingüinos es «un lugar peor». «A medida que la fauna lucha por su supervivencia, tenemos que establecer urgentemente santuarios libres de actividad humana dañina, no solo en la Antártida, sino en todos los océanos para que puedan adaptarse a nuestro clima tan rápidamente cambiante. Para hacer eso, es imperativo que los gobiernos acuerden un Tratado Global de los Océanos este año», reclamó.