La guerra redibuja el papel de las mujeres en Yemen

Alicia Medina BEIRUT / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

YAHYA ARHAB | EFE

Cinco años de conflicto han empujado a las yemeníes a entrar al mercado laboral y romper con los roles

17 feb 2020 . Actualizado a las 17:22 h.

Cinco años de guerra en Yemen han sesgado cien mil vidas y desplazado 3,65 millones de personas; pero también están redibujando los roles de género. Yemen —país en el que por ley la mujer debe obedecer al marido— tiene la mayor brecha de género del mundo según el Gender Gap Index. Antes del conflicto, solo había una mujer entre los 301 parlamentarios, el 45 % de las mujeres eran iletradas y solo el 26 % de las yemeníes trabajaba. La guerra ha enviado miles de hombres al desempleo, el frente o la tumba, empujando a las mujeres al mercado laboral, según el Centro de Estudios Estratégicos de Saná.

Las yemeníes ahora trabajan de recepcionistas, camareras, peluqueras, fotógrafas de bodas, empleadas domésticas, vendiendo comida casera o trabajando en el sector de ayuda humanitaria y la construcción. «Las mujeres han demostrado mayor resistencia y flexibilidad que los hombres frente a los desafíos económicos, buscando trabajos no tradicionales» explica la coautora del estudio,Shams Shamsan. Las mujeres con menos recursos se han visto expuestas a la mendicidad o trabajo sexual.

En un país en el que el 80 % de la población sobrevive de ayuda internacional, las oenegés juegan un papel clave apoyando el empleo de las mujeres. Los sueldos de trabajadores públicos han sido recortados o suspendidos, por eso, el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) proporciona al profesorado «incentivos económicos para que continúen dando clase» explica Sultana Begum, responsable de incidencia de NRC. La oenegé Care forma a las mujeres en gestión de negocios y ofrece becas o préstamos para que inicien proyectos empresariales para conseguir «empoderamiento económico» cuenta la coordinadora de comunicación de Care, Alexandra Hilliard.

Avanzar, el desafío

«En los últimos cinco años de conflicto, algunas comunidades empiezan a ver el valor del trabajo de las mujeres debido al colapso económico» apunta Hilliard. «La guerra ha impactado cómo las normas de género son percibidas, es un momento de transición, construyamos sobre eso» dice la analista yemení Shamsan.

Pero parte de la población se opone al cambio y asume que cuando acabe el conflicto las mujeres volverán al hogar. Según Begum «las mujeres han ganado autoestima, pero el desafío es avanzar» y que sean parte del proceso de definir el futuro de Yemen. Hasta ahora, las mujeres han sido relegadas a observadoras en las negociaciones de paz.

En el 2011 las mujeres estuvieron al frente de la revolución y participaron en la transición política proponiendo leyes contra la violencia de género o prohibiendo el matrimonio infantil, pero el estallido del conflicto en el 2014 relegó sus propuestas.

A su vez, el conflicto ha comportado un aumento de la violencia contra las mujeres. Más de tres millones están en riesgo de violencia de genero y 65.000 en riesgo de violencia sexual según la ONU. En Yemen, «la violación es tabú» explica Shamsan, quien ha documentado casos en los que la familia de la víctima amenaza al doctor para que no informe a la policía sobre la violación. Pero esta analista cree que «la gente está preparada para hablar de estas cosas, con las preguntas adecuadas, hablan porque están frustradas».

¿Fin del conflicto?

Tras dos años de negociaciones, el dia 3 de febrero despegó por primera vez del aeropuerto de Sana un vuelo médico con siete yemeníes enfermos rompiendo tres años de bloqueo saudí. Un bloqueo que se estima ha causado la muerte a 32.000 enfermos que necesitaban tratamiento en el extranjero.

Las treguas locales, intercambios de prisioneros, contactos diplomáticos y la reducción del número de muertes de civiles (1.008 muertes en el 2019 comparadas con las 2.049 en el 2018) permiten vislumbrar un fin del conflicto a medio plazo, pero la escalada de los enfrentamientos a finales de enero recuerda la frágil situación en Yemen. «La única solución real de esta crisis humanitaria y económica es que termine la guerra» afirma Begum.

Una vez concluya el conflicto, la inclusión o exclusión de las mujeres en la reconstrucción del país determinará si consiguen esbozar un Yemen más igualitario.