Este es el orangután más vulnerable del mundo

ricardo pérez-solero EFE

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La especie Tapanuli está amenazada por la construcción de una central hidroeléctrica

25 feb 2020 . Actualizado a las 08:54 h.

Con menos de 800 ejemplares, el orangután de Tapanuli es uno de los más vulnerables del mundo. La construcción de una central hidroeléctrica en la provincia indonesia de Sumatra del Norte pone en grave a peligro a esta especie entre denuncias de irregularidades, presiones a los activistas y acusaciones de que también perjudicará a los habitantes de la zona.

Las obras de construcción de la presa están modificando parte del hábitat del orangután de esta especie reconocida en 2017, lo que, según algunos científicos, incrementará la fragmentación de la población de simios y les expondrá aún más a la caza furtiva y conflictos con agricultores.

La central hidroeléctrica se construye en el sur del ecosistema de Batang Toru, una exuberante zona de bosque tropical con una gran biodiversidad y frecuente actividad sísmica, y será terminada en 2022, aunque hasta el momento solo es un claro en la selva donde se levantan barracones con tejados azules y rojos.

En julio del año pasado, una veintena de científicos escribió una carta al presidente de Indonesia, Joko Widodo, en la que describieron el proyecto como «el último clavo en el ataúd» de la especie, que requiere una población mínima de 500 orangutanes para alcanzar viabilidad genética.

El proyecto de 510 megavatios y 1.600 millones de dólares de inversión emprendido por la empresa indonesia PT North Sumatra Hydro Energy (NSHE), que construye desde 2015 el gigante chino Sinohydro en el municipio de Tapanuli Meridional, ha sido incluido en el plan estratégico energético del Gobierno.

La presa no solo afectará a los orangutanes, ya que Batang Toru, con cerca de 150.000 hectáreas, es hogar de cientos de especies de flora y fauna, entre ellos el tigre de Sumatra o el pangolín, que están «gravemente amenazadas», según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Río abajo, las plantaciones de aceite de palma dominan el paisaje en el camino hacia el pueblo de Aek Rambe, donde su jefe, el anciano Sarul Nasution, se queja de que los cultivos «están secando las reservas de agua y han disminuido la cantidad de pesca». La presa agravará este problema en más de una decena de pueblos, donde viven unas 3.000 personas, según estima la compañía indonesia.