Los conservadores alemanes definirán nueva presidencia y rumbo en abril

patricia baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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JENS SCHLUETER | EFE

La CDU de Merkel ha decidido acelerar los trámites tras cosechar su peor resultado histórico y quedar tercero en las elecciones de Hamburgo

25 feb 2020 . Actualizado a las 08:50 h.

Entre la espada y la pared. Así está la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel, sumida en una crisis de identidad y en luchas intestinas entre su fracción centrista, que apuesta por seguir la senda de la canciller, y la que insiste en virar para recuperar a los votantes que se han fugado a la ultraderechista AfD. El último varapalo llegó el domingo con las elecciones regionales de Hamburgo, donde la formación conservadora quedó tercera con apenas el 11,5?% de los sufragios, su peor resultado histórico, y por detrás del SPD, con el 37?%, y Los Verdes, los verdaderos triunfadores de la jornada, que duplicaron su anterior porcentaje y llegaron al 25?%. De ahí que los conservadores alemanes hayan decidido acelerar los trámites para elegir a su nuevo líder, con el fin de devolver algo de tranquilidad al partido y a la población.

En vez de designarlo de aquí al verano para luego ratificarlo en diciembre junto a su formación hermana, la CSU bávara, como sería lo habitual, la CDU celebrará para ello un congreso extraordinario el 25 de abril en Berlín. «La elección del nuevo presidente o presidenta debe enviar la clara señal de que será también el candidato o candidata a la cancillería» en el 2021, fecha en la que a más tardar Merkel tiene previsto dejar el poder, aseguró este lunes la líder saliente del partido, tras reunirse con la cúpula. Lo que Annegret Kramp-Karrenbauer no dijo es si el puesto recaerá en una sola persona, como hasta ahora, o si por el contrario la CDU tendrá la primera jefatura bicéfala para intentar conciliar las dos corrientes que existen, siguiendo el ejemplo de Los Verdes y el SPD. 

Aspirantes a la sucesión

Se barajan cuatro nombres. Entre los que abogan por una derechización figuran el abogado y rival de Merkel Friedrich Merz, así como el joven y ambicioso ministro de Sanidad, Jens Spahn. Integran el bando moderado el jefe de la CDU en Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, y el extitular de Medio Ambiente Norbert Röttgen, que se sumó por sorpresa a la carrera por la sucesión. No obstante, la CSU deberá dar su visto bueno al elegido. Del nuevo líder dependerá el rumbo que adopte el partido conservador, que ha dominado el tablero político alemán durante casi siete décadas y hoy se debe conformar con el 27 % en los sondeos. Incluido si se termina abriendo o no a alianzas con los poscomunistas de La Izquierda o los ultras de la AfD, que está representada en todos los länder y logró el 5,3 % en Hamburgo.

Precisamente ese fue el detonante que precipitó la dimisión de la conocida como AKK, que no terminaba de convencer al electorado con sus meteduras de pata y recibía ataques constantes por parte de sus correligionarios. Todo comenzó hace unas tres semanas, cuando en una maniobra sin precedentes el candidato del partido liberal FDP fue designado como primer ministro de Turingia gracias al apoyo de las bancadas regionales de la CDU y de la AfD, contra la que pesaba un cordón sanitario impuesto en el año 2018.

La ruptura de este tabú, bautizada como «elección de la vergüenza», generó una avalancha de manifestaciones en las calles y se llevó por delante tanto al jefe de la CDU en ese land, Mike Mohring, como a AKK, considerada hasta entonces la delfina de Angela Merkel. El episodio también le ha pasado factura a los liberales en Hamburgo, que no alcanzaron el 5 % necesario para entrar en la Cámara.