El régimen de Maduro atribuye a Guaidó «políticas de exterminio» por amenazar con más sanciones

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

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Jorge Arreaza, durante su intervención en Ginebra
Jorge Arreaza, durante su intervención en Ginebra Violaine MartinUN Genevadpa | Europa Press

Acusa a la ONU de ignorar el «terrorismo económico» de EE.UU.

26 feb 2020 . Actualizado a las 09:05 h.

Venezuela ocupó ayer su controvertido escaño en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y acusó al organismo internacional de no tomar medidas contra el «terrorismo económico» que, según el régimen de Nicolás Maduro, aplica EE.UU. al país al bloquear a funcionarios del régimen y a empresas que trabajan con este. Unas medidas que vincula con el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, al que acusa de ejercer «políticas de exterminio» cuando pide más sanciones.

«El Departamento del Tesoro de EE.UU. es un Pentágono económico que comanda esta guerra contra centenares de millones de seres humanos ante la inacción del sistema multilateral», señaló en el Consejo Jorge Arreaza, canciller del régimen, al tiempo que criticó a la ONU por no atender al pedido hecho por Maduro de colaborar para «romper el bloqueo petrolero» que ha impuesto EE.UU. contra Venezuela.

«Le corresponde a la ONU, al sistema multilateral y a este augusto Consejo liderar una contención humanitaria, urgente e impostergable, contra la masiva violación de los derechos humanos que representan esas sanciones», dijo Arreaza, quien lamentó que el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, no mencionase las sanciones de Washington en la lista de amenazas a los derechos humanos que presentó ante el Consejo.

Venezuela ganó por estrecho margen a Costa Rica un sillón en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para el período 2020-2022, a pesar de la oposición de Estados Unidos, Brasil y Colombia, entre otros. El apoyo de los países del Grupo de los 77 (en especial africanos y asiáticos) fue clave para la designación venezolana.

Denuncia contra Guaidó

En la misma línea que Arreaza, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, señaló que EE.UU. aplica «políticas de exterminio» a las que se suma el líder opositor Juan Guaidó. Según Saab, las sanciones hacen que «no lleguen las medicinas, los alimentos (…) no se puede hacer una vida normal», a pesar de que en el último año, la liberación del férreo control cambiario que rigió durante 17 años en Venezuela creó un bum de consumo de alimentos y medicinas importados a través de los llamados bodegones, que cobran exclusivamente en dólares.

Saab, que es uno de los más de 150 sancionados por EE.UU., señaló en una entrevista televisiva que Guaidó y sus aliados buscan «el colapso económico» de Venezuela. Preguntado por la razón de que Guaidó no haya sido detenido por este motivo, Saab, tras un largo silencio, aseguró que «no significa que no haya sido judicializado o investigado», y apuntó que «los tiempos los marca el curso de la investigación».

Guaidó ha celebrado las recientes sanciones contra Rosneft y Conviasa por sus vínculos con el régimen y, al igual que el presidente Donald Trump, ha amenazado con sanciones mucho más duras en el futuro.

Saab señaló además que los presos políticos del país están en la cárcel por «delitos comunes» y negó los informes internacionales que denuncian las graves violaciones de derechos humanos del régimen de Maduro.