Sanders se defiende de sus rivales demócratas que lo acusan de simpatizar con Cuba

carlos pérez cruz WASHINGTON / E. LA VOZ

ACTUALIDAD

LARRY W. SMITH | EFE

El senador describe el régimen de Castro como «autoritario» a la vez que destaca algunos de sus logros

26 feb 2020 . Actualizado a las 09:04 h.

Está en la diana de sus competidores, pero el senador Bernie Sanders no es de los que modifican su discurso por conveniencia. Sabe que sus visitas a Cuba, la Unión Soviética o Nicaragua son material inflamable en Estados Unidos, pero, lejos de defenderse mediante malabarismos intelectuales y negar la mayor, responde de forma muy similar a como lo hacía en los años 80, cuando llevó a cabo esos viajes. Favorito por ahora en las primarias demócratas, afronta el escrutinio de las hemerotecas. Sus opiniones sobre países de la órbita comunista son un caramelo para quienes advierten del riesgo de competir contra Trump con un socialista. Sanders se defiende argumentando así: «He sido extremadamente consistente y crítico con todos los regímenes autoritarios del mundo, incluido Cuba».

El programa 60 Minutes de la CBS emitió el domingo una entrevista con Bernie Sanders que incluyó un fragmento de otra realizada en los años 80 en la que aseguraba que los cubanos no se habían levantado contra Fidel Castro porque «ha educado a sus hijos, les ha proporcionado asistencia sanitaria y ha transformado por completo la sociedad». Preguntado por aquella reflexión, Sanders insistió en que está «muy en contra de la naturaleza autoritaria de Cuba», pero que le parece «muy injusto decir simplemente que todo está mal». Puso en valor el programa de alfabetización del régimen. «¿Eso es algo malo?», se preguntó. Un informe de la Unesco respalda la posición de Sanders. En 1959, año del triunfo de la revolución cubana, el analfabetismo entre los cubanos mayores de 10 años era del 23,6 %. En 1961, del 3,9 %.

El propio Barack Obama, que inició una apertura hacia la isla ahora enterrada por Trump, reconoció en el 2016, a su vuelta de La Habana: «Cada niño tiene acceso en Cuba a una educación básica, y eso es una gran mejora». Lo cual no fue óbice para que el exalcalde Pete Buttigieg, cuyas formas y discurso recuerdan a los de Obama, comparara a través de Twitter la posición de Bernie Sanders con «cómo Trump se ha hecho amigo de dictadores». El exalcalde de Nueva York Mike Bloomberg se burló también a través de las redes de la opinión de Sanders sobre los programas de alfabetización al subrayar que «Fidel Castro dejó un oscuro legado», incluido «el asesinato de miles» de cubanos.

Los matices del senador

Sanders insistió el lunes en una emisión de CNN en sus argumentos: «Creo en la democracia, no en el autoritarismo». Y puso como ejemplo de su visión política su posición sobre China, un país «autoritario». Según el demócrata, es tan «verdad» ese hecho como afirmar que Pekín «ha sacado a más gente de la pobreza extrema que ningún otro país en la historia». Queda por ver si los votantes están más por los matices y los grises que propone Sanders o en las trincheras del blanco y negro de algunos de sus oponentes.

Durante la misma emisión, el senador desveló el plan económico con el que pretende hacer viables sus programas de salud pública (Medicare for All) o educación gratuita. Tras meses de críticas por no dar explicaciones, acusado de hacer promesas imposibles, Sanders entregó al presentador un documento que poco después pasó a estar disponible en su web de campaña.