¿Hay algún ministro en la Luna?

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María Pedreda

Todo hace prever que la I+D+i de este país seguirá siendo la asignatura pendiente también en el 2027

01 mar 2020 . Actualizado a las 10:34 h.

España no es ninguna potencia en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). La afirmación, por dura que parezca, está fuera de toda duda siempre que estemos hablando en términos generales porque lo que sí tiene este país son investigadores con gran talento, reconocidos internacionalmente, y empresas de primer nivel que ponen en marcha proyectos que son calcados por multinacionales del denominado primer mundo.

¿Qué nos pasa como país? ¿Dónde está el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque Duque, cuya capacidad es evidente? Él es astronauta (el primero de nacionalidad española), es también ingeniero aeronáutico y desde el 7 de junio del 2018 es el responsable del I+D+i del Gobierno de España. Desde el sector hay voces críticas que se preguntan dónde están las líneas maestras dadas por el ministerio para elaborar el plan estratégico español de ciencia, tecnología e innovación para el período 2021-2027. Por el momento, este plan que ha trascendido se resume en un documento de 25 páginas a las que se le añade la 26, en la que se dan las «gracias».

Todo en el documento es genérico, excepto la fecha de inicio y finalización (2021-2027) del programa. Entre los que se califican indicadores relevantes sobre la situación de la I+D+i en España se incluyen datos del número de «documentos científicos» presentados entre 1996-2018 por una veintena de países, entre los que España se encuentra en una situación intermedia. Se explica también que hay 7.563 empresas innovadoras en España que en el 2016 realizaron actividades de investigación, frente a las 12.997 que se contabilizaron en el inicio de la crisis. Tres páginas más adelante se encuentra un apartado que se titula: Visión y objetivos de la estrategia española de Ciencia, Tecnología e Innovación. Y explica que el fin es «conseguir que en el 2027 la ciencia y la tecnología hagan de España un país basado en el conocimiento y en la innovación, capaz de afrontar sus retos sociales, económicos y medioambientales y lograr un bienestar sostenible y un crecimiento inclusivo». ¿Qué significa esta frase tan de cajón? Rascando en el documento aparecen seis puntos que parece que intentan darle contenido. En uno de ellos se lee como objetivo: «hacer de España un país atractivo en ciencia e innovación , aprovechado nuestras ventajas y elementos diferenciadores». En otro se subraya como reto: «favorecer la transferencia de conocimiento. Fortalecer y desarrollar vínculos bidireccionales entre ciencia e innovación y sociedad. Implicar a la ciencia y la innovación en los desafíos sociales y a la sociedad en el desarrollo científico e innovador».

Lo que, en principio, podría parecer lo más interesante de este documento —se vincula con los ejes de actuación—, deja mucho que desear. Dentro de lo que se denomina «marco de apoyo» se busca como objetivo aumentar el presupuesto dedicado a la I+D+i durante el período 2021-2027 de manera continua y sostenida, abordar el desarrollo de un sistema de indicadores que facilite el análisis y seguimiento de las actividades y la evaluación de resultados. En otro apartado se habla de potenciar la incorporación de investigadores en las empresas. En definitiva, si lo explicado es un plan estratégico y audaz, todo hace prever que la I+D+i de este país seguirá siendo la asignatura pendiente también en el 2027. ¡Un horror!, ¿o no?