La UE respalda la mano dura de Grecia ante la nueva crisis de los refugiados

Rosa Paíno
Rosa Paíno REDACCIÓN / LA VOZ

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Mitsotakis, Von der Leyen y Sassoli observaron desde un helicoptero la situación en el el río Evros, frontera natural entre Grecia y Turquía
Mitsotakis, Von der Leyen y Sassoli observaron desde un helicoptero la situación en el el río Evros, frontera natural entre Grecia y Turquía DIMITRIS PAPAMITSOS | Efe

Para Von der Leyen, la prioridad es mantener el orden en las fronteras de la UE y Atenas contará con una ayuda millonaria y el reforzamiento del despliegue de Frontex

04 mar 2020 . Actualizado a las 13:07 h.

Bruselas se resiste a aceptar el chantaje del presidente Recep Tayyip Erdogan. La prioridad es mantener el orden en las fronteras de la UE y evitar que se repita las imágenes de la crisis migratoria del 2005 y las consecuencias que trajo consigo: choques entre los socios por la reparto de refugiados y ascenso de la ultraderecha. La cúpula de la Unión Europea desembarcó ayer en la frontera greco-turca para dar su pleno respaldo a la política de mano dura del Gobierno del conservador Kyriakos Mitsotakis ante la nueva crisis desata por la apertura de fronteras europeas a los refugiados sirios por parte del presidente de Turquía.

«Nuestra primera prioridad es asegurarnos de que se mantenga el orden en la frontera exterior griega, que también es una frontera europea», declaró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. «Agradezco a Grecia que sea nuestro aspída [escudo, en griego]», añadió en el paso fronterizo de Kastaniés a pocos metros de la ciudad turca de Edirne, donde miles de migrantes y refugiados esperan pasar a Europa. 

Ningún reproche

La conservadora alemana y los presidentes del Consejo Europeo, Charles Michel, y de la Eurocámara, David Sassoli, sobrevolaron en helicóptero la frontera, acompañados de Mitsotakis. Von der Leyen no expresó el más mínimo reproche a Atenas ante los drásticos métodos que está llevando a cabo: despliegue policial para evitar un asalto a la frontera terrestre (que ha incluido el uso de pelotas de goma y gases lacrimógenos contra mujeres y niños), maniobras militares con fuego real cerca de la isla de Lesbos para dificultar las llegadas por mar, la suspensión durante un mes del derecho al asilo y penas de cuatro años de cárcel y multas de 10.000 euros a todo aquel que cruce de forma ilegal. En los últimos días han sido detenidas 183 personas, según datos oficiales recogidos por Efe.

Un grupo de migrantes de camino a la ciudad turca fronteriza Edirne
Un grupo de migrantes de camino a la ciudad turca fronteriza Edirne ERDEM SAHIN | Efe

El respaldo de Bruselas a Grecia como «escudo europeo» ante la nuevo ola migratoria contará con «todo el apoyo operativo necesario», afirmó Von der Leyen en una comparecencia en Kastaniés sin preguntas junto a Mitsotakis, Michel y Sassoli. Ese apoyo incluye una ayuda de 700 millones de euros para gestionar la crisis (la mitad se desbloquearán inmediatamente y el resto tras la aprobación del presupuestos comunitario). También el despliegue inmediato de un centenar de agentes de la agencia de fronteras europea, Frontex, que ya tiene más de medio millar en la zona, siete embarcaciones, un avión y dos helicópteros.

Ese apoyo incluye una ayuda económica de 700 millones de euros para gestionar la crisis (la mitad se desbloqueará inmediatamente y el resto tras la aprobación del presupuestos comunitario). Y más medios para controlar la frontera: despliegue inmediato de un centenar de agentes de la agencia de fronteras europea, Frontex, que ya cuenta con más de medio millar en la zona, siete embarcaciones, un avión y dos helicópteros.

Mitsotakis rechazó cualquier crítica a la actuación de las fuerzas fronterizas griegas y aseguró que han impedido respetando la legalidad que más de 24.000 personas atravesaran la frontera terrestre. De paso acusó a Ankara de utilizar a personas «desesperadas» para su «agenda geopolítica» y de haberse transformado «en traficante oficial de seres humanos».

 El acuerdo que la UE y Turquía firmaron en el 2016 (6.000 millones de euros a cambio de que Ankara frenara el paso de refugiados) ha quedado en el limbo tras la decisión de Erdogan de implicar a Europa en su enfrentamiento con el régimen sirio en Idlib.