Samir, de Afganistán a una cárcel europea

Leticia Álvarez MITILENE (LESBOS) / E. LA VOZ

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Samir saluda desde el recinto en el que permanece retenido junto a su familia
Samir saluda desde el recinto en el que permanece retenido junto a su familia Leticia Álvarez

La familia de este niño de 4 años será trasladada desde un buque militar a un cuartel en el norte de Grecia para ser deportados, como miles de refugiados arrestados durante su intento de llegar a Europa

06 mar 2020 . Actualizado a las 08:59 h.

Samir, de 4 años, golpea con un palo la verja fortificada de cinco metros de alto que lo mantiene retenido en el puerto de Lesbos. Llegó a Grecia con su familia después de que el Gobierno griego retirara el derecho de asilo, durante al menos un mes, a los migrantes recién llegados. Ajeno a la realidad, el pequeño no sabe que el buque enviado por el Gobierno heleno lo lleva directo a una nueva cárcel. Acabará encerrado en un cuartel militar al norte del país a la espera de ser deportado.

Samir saluda, sonríe y nos presenta a sus tres hermanos. La madre tiende la ropa mojada tras pasar tres días durmiendo a la intemperie, resopla. El pequeño de la familia reclama atención, quiere presentarle a sus nuevos conocidos que le hablan tras una reja. «Vamos a Grecia y a Europa», explica el padre en inglés con ayuda de otro migrante. Están felices. En unas horas embarcarán en el navío militar donde permanecerán como mínimo 24 horas más. Su destino será Serres, un pueblo del norte de Grecia donde, poco después de conocerse la noticia, algunos vecinos convocaron protestas para pedir al Gobierno que paralice el traslado de migrantes.

A ese mismo centro de detención serán trasladados los migrantes arrestados en su intento de cruzar la frontera terrestre que recorre el río Evros. En el confín oriental de Grecia, la tensión con Turquía por el control migratorio va en aumento. Ankara acusó a su país vecino de practicar «devoluciones en caliente» y anunció el envío de 1.000 efectivos de las fuerzas especiales para bloquear cualquier intento de las autoridades griegas de retornar ilegalmente a Turquía a los migrantes que ya están en suelo heleno. Testigo de estas prácticas, un periodista de la CNN fue agredido por un grupo de civiles griegos con atuendo militar que estaban deteniendo a los solicitantes de asilo para después expulsarlos a Turquía.

La UE estudia crear una zona segura en el norte de Siria para proteger a los civiles Organizaciones internacionales insisten en la violación del derecho internacional que se está perpetrando en las fronteras de Europa tras el anuncio del primer ministro griego, Kiriakos Mitsotakis, de implementar vía decreto ley la suspensión del derecho de asilo durante el próximo mes. Grecia se ampara en su deber de proteger las fronteras europeas ante lo que considera una provocación directa de Ankara. Desde que el presidente turco, Tayyip Erdogan, animó a los más de tres millones de refugiados residentes en su territorio a llegar a Europa, entre 15.000 y 30.000 refugiados esperan desesperados a largo de casi 200 kilómetros de frontera que separa Grecia de Turquía.

Ante la dramática situación que viven los refugiados sirios, los ministros de Exteriores de la Unión Europea han planteado la posibilidad de crear una zona segura en el norte de Siria para proteger a los civiles víctimas del fuego cruzado en el norte del país donde cientos de miles están huyendo a Turquía. Pero no todos los solicitantes de asilo son sirios, a falta de cifras oficiales la gran mayoría de los que esperan en Lesbos son de origen afgano, pakistaní e iraquí.

Testigo de la dramática situación que viven los refugiados, Ana Miranda, europarlamentaria del Bloque Nacionalista Galego (BNG), visitó la isla para dar testimonio de la tragedia que se vive en Lesbos. «La insalubridad. La falta de respeto a todo. ¿Cómo se puede tener a todas estas personas en estas condiciones?. Hay que combatir el discurso del odio y ayudar a todos estos refugiados. Es cuestión de humanidad».