La alianza entre PNV y PSOE obtendría el 5A una amplia mayoría en el País Vasco

Adolfo Llorente BILBAO | COLPISA

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Luis Tejido | EFE

Las dos formaciones sumarían 41 representantes de los 75 que conforman la Cámara vasca

11 mar 2020 . Actualizado a las 11:34 h.

El PNV volvería a ganar las elecciones vascas el próximo 5 de abril logrando incluso subir un escaño respecto a los comicios del 2016 al pasar de 28 a 29 parlamentarios. EH Bildu repetiría en segunda posición, mejorando también su resultado al pasar de 18 a 19 escaños. Lo mismo que el PSE, el partido que registra una mayor subida hasta alcanzar los 12.

Un incremento de tres diputados que se cimienta, sobre todo, en la caída de Elkarrekin Podemos (la marca de la formación de Pablo Iglesias en el País Vasco), que pasaría de 11 a 8; y de la coalición que forman el Partido Popular y Ciudadanos (PP+Cs), que baja de 9 a 7. Vox, por su parte, seguiría fuera del Parlamento, aunque en Álava alcanzarían el 2,8 % de los votos. Están, por lo tanto, a muy pocas décimas de acariciarlo.

Esta es la foto fija sacada del Sociómetro del Gobierno vasco publicado ayer y que se basa en 1.750 encuestas domiciliarias realizadas entre los días 18 y 26 de febrero. Es decir, que se ha tenido en cuenta la grave crisis del vertedero de Zaldívar y, en parte, el convulso relevo en las filas del PP, donde Alfonso Alonso ha sido relevado por Carlos Iturgaiz (la encuesta se realizó en plena tormenta popular).

Lo que no se ha tenido en cuenta es el no menos convulso cambio en la cúpula de la formación de Pablo Iglesias, cuya directiva dimitió en bloque al ver cómo su candidata, Rosa Martínez, fue derrotada en las primarias por Miren Gorrotxategi, un perfil mucho más duro y proclive a pactar con la izquierda radical y los socialistas para desbancar al PNV.

La precampaña vasca, la más turbulenta en muchos años, no ha hecho más que comenzar y el impacto de crisis como la del coronavirus puede deparar aún más de una sorpresa. Lo que sí parece claro, a tenor del nuevo Sociómetro, es que el electorado es partidario de premiar la labor desarrollada por el Gobierno de coalición formado por el PNV y el PSE a pesar de lo infructuoso de la legislatura, dominada por la oposición. Si en el 2016 se quedaron con 37, a un escaño de la mayoría absoluta (28+9), peneuvistas y socialistas ahora tendrían 41 (29+12).

Los números también le darían a la coalición de izquierdas que quiere liderar EH Bildu y que defiende Gorrotxategi. Sumarían 39 escaños, pero el PSE no está por la labor. Por su parte, la suma de fuerzas nacionalistas tendría 48 escaños.

La gestión del derrumbe del vertedero de Zaldívar, un quebradero de cabeza para Urkullu

 

Ha pasado un mes desde el derrumbe del vertedero de Zaldívar (Vizcaya) y los cadáveres de dos trabajadores siguen sepultados en la zona. El 6 de febrero colapsaba el depósito y más de medio millón de toneladas de residuos se desprendían sobre la AP-8, la autopista que conecta Bilbao y San Sebastián. Entre los restos se encuentran los cuerpos sin vida de Joaquín Beltrán, y de Alberto Sololuze, vecinos de la zona y operarios del vertedero.

Cuatro días después de la catástrofe, el lendakari Iñigo Urkullu convocaba las elecciones para el 5 de abril. En las primeras jornadas de la crisis no se desplazó a Zaldívar e incluso afirmó que su presencia allí no aportaba nada. Luego tuvo que rectificar. Seis días después, se dejó ver por la zona y a los doce ofreció una comparecencia informativa en la que pidió perdón por lo que había ocurrido. Pero el suceso y, sobre todo, la pésima gestión de la catástrofe ya se había colado en la agenda política. La empresa que gestionaba esta planta, situada sobre una de las altas colinas que flanquean la AP-8, se convirtió en el blanco de las dianas.

El vertedero acumulaba materiales con amianto, hasta 4.200 toneladas dentro de las 511.000 de residuos recibidos en el 2019. La inhalación de esta sustancia tóxica puede causar graves problemas de salud.

A lo largo de los siguientes días se produjeron multitudinarias manifestaciones ante una ineficiente gestión, con constantes cancelaciones y activaciones de las labores de rescate de los desaparecidos debido a la inestabilidad del terreno. Lo mismo ocurrió con los protocolos sobre el agua y el aire que desataron el miedo en Zaldívar, Ermua y Eibar, las localidades más próximas al vertedero.

La oposición, a la carga

El PP ha sido uno de los partidos que más duramente ha criticado la gestión realizada por el Gobierno vasco. Ayer mismo presentó en el Parlamento Europeo una serie de preguntas sobre el derrumbe del vertedero de Zaldívar y sobre aspectos como la última inspección del Gobierno vasco, en la que se detectaron «incumplimientos».

EH Bildu, segunda fuerza en el Parlamento vasco, y Elkarrekin Podemos centran sus ataques en el lado ambiental de la catástrofe y en la gestión de los residuos en el País Vasco. El único apoyo del PNV ha sido el de su socio de Gobierno, el PSE.