El servicio secreto alemán pone bajo vigilancia al sector más radical de AfD

Patricia Baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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El rostro más conocido de AfD es Björn Höcke, presidente del partido en el Estado de Turingia, que calificó el Memorial del Holocausto en el corazón de Berlín de «monumento de la vergüenza».
El rostro más conocido de AfD es Björn Höcke, presidente del partido en el Estado de Turingia, que calificó el Memorial del Holocausto en el corazón de Berlín de «monumento de la vergüenza». FILIP SINGER | Efe

Cree probado el carácter anticonstitucional de El Ala, que cuenta con 7.000 miembros

13 mar 2020 . Actualizado a las 10:52 h.

«De probado carácter extremista y el principal peligro para la democracia hoy». Así reza el veredicto de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), o lo que es lo mismo, los servicios secretos de interior, sobre la fracción más radical del partido Alternativa para Alemania (AfD), conocida como Der Flügel (El Ala). Por ello este sector de la formación ultraderechista, que fue fundado por el líder de AfD en el estado de Turingia y negacionista del Holocausto, Björn Höcke, se convertía ayer oficialmente en objeto de vigilancia del espionaje alemán. 

«Es un hecho que se constataron violaciones contra elementos fundamentales del orden liberal y democrático, la dignidad del ser humano, la democracia y los principios de un Estado de derecho», aseguró en rueda de prensa el presidente de la BfV, Thomas Haldewang. Con ello, su organismo, que en enero del 2019 catalogó a El Ala y a las juventudes de la AfD, la Alternativa Joven, como sospechosas de moverse en el espectro del extremismo derechista, envía una señal clara a la población en un momento complicado.

«Los indicios de anticonstitucionalidad se han traducido en certeza», subrayó Haldewang para justificar su decisión, por la cual a partir de ahora los servicios secretos podrán emplear cualquier recurso para investigar a fondo a El Ala. Incluso infiltrar a informantes en sus filas y almacenar datos sobre personas concretas.

«Hoy sabemos que las democracias pueden fracasar cuando sus enemigos las destruyen desde dentro, es una advertencia que nuestra historia nos envía», añadió Haldewang en alusión a la AfD, principal fuerza opositora en el Parlamento, con 89 escaños, tras haber quedado tercera en las elecciones del 2017 al capitalizar el rechazo de la población a la llegada de refugiados. Se refiere a los cerca de 32.000 ultras que se estima que hay actualmente en la primera potencia europea. De ellos, unos 13.000 están dispuestos a ejercer la violencia, reconoció la BfV. 

Atentados

Lo demostraron el año pasado con el asesinato de Walter Lübcke, un político local que defendía la acogida. Pero también con el último atentado terrorista de Hanau, en el que un racista mató a tiros a nueve personas, la mayoría extranjeros, y con el intento de ataque a una sinagoga por parte de un lobo solitario en la ciudad de Halle. No pasa una semana sin que las autoridades detengan a un puñado de neonazis en redadas que tienen lugar en todos los puntos de Alemania. Pero lo más grave es que los tentáculos de la ultraderecha llegan ya hasta el Ejército y la Policía.

El Ala está formada por unos 7.000 de los 35.000 afiliados con los que cuenta la AfD y es especialmente activa en el este de Alemania. Algunos políticos aprovecharon para exigir que se ponga bajo vigilancia a todo el partido ultra, mientras AfD aseguró que recurrirá la decisión ante los tribunales.