La coalición, amenazada por la alarma

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

ACTUALIDAD

El no secesionista a prorrogar el estado de alarma se une al pulso de Iglesias y Calviño por la receta económica a aplicar

16 mar 2020 . Actualizado a las 09:10 h.

La Constitución habilita al Gobierno para decretar el estado de alarma durante un máximo de 15 días, pero para evitar un abuso de poder por parte del Ejecutivo, en caso de que este pretenda prorrogarlo, deberá acudir al Congreso de los Diputados en busca de su visto bueno.

El presidente del PP, Pablo Casado, ya dejó claro que el Gobierno puede contar con sus votos, por lo que Sánchez no tendrá problemas en estirar este estado especial el tiempo que estime oportuno para paliar la crisis del coronavirus. Sin embargo, y a pesar de que la mayoría en la Cámara está garantizada, esta votación puede acarrear consecuencias políticas de calado y de manera inmediata.

El presidente catalán, Quim Torra, y el lendakari vasco, Iñigo Urkullu, ya hicieron constar al Gobierno su malestar por haber aplicado el estado de alarma sobre todo el Estado, lo que implica que los Mossos y la Ertzaintza pasan a depender directamente del mando central de la Moncloa, en concreto del ministro del Interior, Grande-Marlaska, una circunstancia que los nacionalistas calificaron como 155 encubierto.

Nada invita a pensar que los diputados de JxCat, ERC, Bildu, la CUP e incluso uno de los principales socios del Gobierno como es el PNV vayan a dar el visto bueno a la ampliación del estado de alarma, y mucho menos con unas elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina, a la espera de que la crisis sanitaria conceda un respiro.

En lo que va de legislatura, Sánchez siempre se ha tenido que apoyar en las fuerzas independentistas para articular mayorías en la Cámara, algo que quedó constatado desde el mismo día de su investidura, que jamás hubiese salido adelante sin la crucial abstención de ERC. Sin embargo, esta excepcional situación abre un nuevo escenario que podría volver a poner sobre la mesa la posibilidad de conformar una gran coalición que, aunque no llegue a cuajar en la Moncloa, sí tenga recorrido en el Parlamento a través del negociado de leyes. Sin los votos del independentismo, Sánchez está obligado a recurrir a la bancada de la oposición, liderada por el PP. Y si las tensiones dentro del Consejo de Ministros entre PSOE y Podemos en el mes y medio que lleva funcionado la coalición ya han sido más que evidentes, todo podría acabar saltando por los aires con la ruptura de Sánchez con los nacionalistas.

Uno de los episodios críticos que han afrontado el PSOE y UP fue el Consejo de Ministros del sábado, lleno de tensiones. Una llegó a raíz de la petición de Pablo Iglesias para que se hiciese una excepción con el estado de alarma en el País Vasco y Cataluña, para no desairar a los nacionalistas.

Mañana, nuevo test de estrés

La coalición se pondrá a prueba dentro de dos semanas en el Congreso, pero mañana mismo volverá a someterse a otro test de estrés considerable. El pulso que mantienen en todo lo alto Iglesias y Calviño sobre la receta económica a aplicar ante la crisis amenaza con llevarse por delante el acuerdo de Gobierno. Desde la formación morada garantizan estar dispuestos a llevar sus reivindicaciones hasta el final. «El estado de alarma no puede servir solo para sacar al Ejército a las calles», defienden desde Podemos.