Alemania prepara un revulsivo fiscal inédito con la emisión de bonos por 350.000 millones

La Voz REDACCIÓN

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La OCDE alerta de los efectos devastadores del virus en la economía y pide un Plan Marshall

22 mar 2020 . Actualizado a las 09:15 h.

La cuarentena impuesta para frenar la propagación del coronavirus exige disciplina, mucha para quienes se encuentran confinados en sus casas, pero también estímulos para evitar que el letargo temporal en el que se han sumido las economías del euro, se convierta en un estato perpetuo.

Las previsiones no son nada halagüeñas. El ritmo de cierres, despidos temporales y pérdidas económicas se ha acelerado en los últimos días, provocando una hemorragia cada vez mayor en el tejido productivo de Europa. El contagio ha llegado hasta el motor de la moneda única: Alemania. La crisis ha puesto patas arriba todas las expectativas de su Gobierno para los años venideros. El apagón masivo tendrá un coste dramático, por eso Berlín sopesa a estas horas quemar una de las pocas naves que le quedan en la recámara: Salir en escena y emitir bonos por 350.000 millones de euros para financiar el coste de la guerra contra el coronavirus.

El Gobierno alemán, según ha podido saber Reuters, prepara un plan de medidas de estímulo que ascenderían a ese precio. Y lo articularía a través de una partida de 150.000 millones de euros para ampliar su presupuesto, 100.000 millones para un fondo de estabilidad económica que permitirá capitalizar empresas y otros 100.000 para inyectar créditos a su banco de desarrollo KfW, el cual alimenta a empresas en dificultades.

Con esta maniobra, el Ejecutivo de Angela Merkel, estaría rompiendo por fin el tabú de la regla de gasto, con la tradicional obsesión de Alemania con la disciplina presupuestaria y el control ortodoxo de la inflación. También supone un balón de oxígeno para países más endeudados como España e Italia. Hasta ahora el Banco Central Europeo (BCE) concentraba la mayor parte de sus compras de activos en los países del euro con más asfixia financiera. Con una regla que debía cumplir a rajatabla: No superar un tercio de su cartera con bonos de un solo Estado miembro. La irrupción de Alemania daría a Fráncfort más margen para seguir monetizando deuda de sus socios con más problemas de solvencia.

Está por ver si la medida se concretiza en las próximas horas y si este movimiento en el tablero tendrá contrapartida. En los últimos días han sido muchos los analistas y hasta autoridades, como el presidente francés, Emmanuel Macron, quienes han pedido a Alemania y Países Bajos que abran la mano por fin a la emisión de eurobonos conjuntos para aliviar la presión sobre la deuda soberana de sus vecinos. La creación de este vehículo permitiría a los países del euro financiarse al mismo tipo de interés en los mercados y daría margen a las economías que pagan más por colocar sus bonos, como la italiana y la española, para seguir financiando el coste de esta crisis. El asunto podría volver a debatirse en la teleconferencia que mantendrán los ministros de Finanzas del euro el próximo martes.

Riesgos en aumento

Mientras los Gobiernos ponen sus cartas sobre la mesa, la OCDE alerta de los riesgos al alza de que la paralización temporal se convierta en un letargo indefinido. La organización admite que el impacto del coronavirus está superando sus peores previsiones económicas y pide un esfuerzo coordinado a todos los Ejecutivos y bancos centrales.

«Ahora parece que ya hemos avanzado mucho más allá del escenario más severo previsto entonces», aseguró su secretario general, Ángel Gurría. A principios de mes, la hipótesis más adversa era un recorte del crecimiento mundial desde el 3 % al 1,5 %, con una más que probable recesión para las economías europeas. Ahora ese escenario ha quedado caduco por las medidas estrictas de confinamiento que se están adoptando en los países que funcionan como fuera tractora del crecimiento. La OCDE admite que la recuperación «no será directa ni automática» e insta a los países a lanzar un nuevo Plan Marshall para superar el «estado de congelación profunda y sin precedentes» en el que se han sumergido las principales potencias occidentales.