Una trabajadora por horas se autodespide después de decirle a su jefe «lo voy a dejar»

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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La empleada solicitó a la clínica que no le asignaran más guardias por exceso de trabajo

27 mar 2020 . Actualizado a las 08:46 h.

«Lo voy a dejar». Esas fueron las palabras que provocaron que la Justicia considere el cese de una trabajadora como autodespido y no como despido unilateral de la empresa. Eso es lo que ha determinado el Tribunal Superior de Justicia de Aragón en una reciente sentencia.

El litigio comenzó ante el recurso de una doctora especialista en medicina intensiva que trabajaba en una clínica y realizaba guardias de 24 horas en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y en el área de despertar. Trabajaba por horas de forma discontinua y en su contrato se recogía que «la distribución y el número de guardias a realizar se haría en función de las necesidades organizativas de la empresa y concretadas en el calendario de guardias».

Tal y como recoge la sentencia, la sanitaria tenía libertad para decidir sus vacaciones, siempre y cuando se coordinase con el resto de los médicos para que los servicios no quedaran sin personal.

En junio del 2018, empezó a compatibilizar este empleo con el trabajo en otros centros médicos y solicitó a la coordinadora de la clínica que dejaran de asignarle guardias por exceso de trabajo. Es en esos momentos cuando manifestó a sus superiores frases como «lo voy a dejar».

En el mes de julio comenzaron los problemas. Al observar que no se le había adjudicado ni una sola guardia, interpuso una demanda de conciliación a la empresa ante el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje. Pero las partes no logran llegar a ningún acuerdo y empezó el periplo judicial.

Trabajar para otros

Dice ahora el Tribunal que, aunque admite la existencia de una relación laboral entre la empresa y la trabajadora, el cese no se puede tratar como un despido improcedente, sobre todo cuando la médico había empezado a trabajar a tiempo completo para otra empresa en esas mismas fechas. Entiende que, en este contexto, las manifestaciones de la trabajadora pueden ser consideradas como un despido por decisión propia y no como una medida adoptada por la compañía.