Los Pactos de la Moncloa amplían la brecha política entre Sánchez e Iglesias

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo BAreño MADRID / LA VOZ

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Sánchez y Iglesias, durante el último pleno del Congreso
Sánchez y Iglesias, durante el último pleno del Congreso

Podemos rechaza reeditar un acuerdo con el que siempre se ha mostrado muy crítico

08 abr 2020 . Actualizado a las 08:46 h.

La propuesta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de alcanzar unos «nuevos Pactos de la Moncloa» para reconstruir la economía tras la pandemia del COVID-19 no solo ha sido rechazada por todos los partidos de la oposición excepto Cs, sino que ha abierto una nueva brecha política en el Ejecutivo, tensando la relación entre el PSOE y Unidas Podemos. Sánchez, según explicó la portavoz, María Jesús Montero, quiere «no solo mantener» sus actuales alianzas sino «ampliarlas a nuevos horizontes» para «diseñar un nuevo país». Pero el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, cree que solo se debe tender la mano para un «pacto por lo público». 

Artículo 128 de la Constitución

Mientras desde el Gobierno se redoblan esfuerzos para sumar apoyos políticos, Iglesias reapareció el lunes en una entrevista en TVE para culpar a los gobiernos del PP de la precariedad de medios para hacer frente al coronavirus. «Necesitamos una sanidad pública más fuerte con profesionales que no trabajen en condiciones precarias y que tenga más capacidad de enfrentar situaciones como estas», señaló.

Iglesias insiste en invocar el artículo 128 de la Constitución para que toda la riqueza del país se ponga al servicio del interés general, apuntando así a la posibilidad de nacionalizar grandes empresas. «No se puede consentir que no tengamos una industria capaz de producir lo que necesitamos y que eso nos haga depender de un mercado especulativo», explicó el lunes.

Ese argumentario es precisamente una de las principales razones del PP para rechazar la oferta de Sánchez, que considera un «señuelo» bajo el que se oculta un intento de lograr «un cambio de régimen». 

«Los pactos del miedo»

La invocación de los Pactos de la Moncloa, que implicaron cesiones de la izquierda y de los sindicatos para permitir el desarrollo económico a cambio de libertades democráticas, ha cogido con el paso cambiado al líder de Unidas Podemos, que siempre rechazó esos acuerdos.

En su libro Disputar la democracia, publicado en el 2014, Iglesias asegura que el «objetivo prioritario» de los Pactos de la Moncloa fue «desactivar la protesta obrera». Reprocha al PCE que se hubiera prestado a esa estrategia de la burguesía y explica el nacimiento de Podemos precisamente como una respuesta al «régimen del 78, con su rey, sus Pactos de la Moncloa, su bipartidismo, sus bases de la OTAN, su Constitución».

En un artículo publicado el pasado lunes, el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero cargaba contra los Pactos de la Moncloa tachándolos de «pactos del miedo» que sirvieron para «recortar los salarios de los trabajadores», «poner en marcha el desmantelamiento industrial» «empezar la desregulación laboral» y afianzar a la monarquía.

El BNG se opone a la propuesta y reclama nacionalizar empresas 

Tras las críticas del PP, Vox, ERC y EH Bildu, los nuevos Pactos de la Moncloa sumaron ayer dos nuevos rechazos. El diputado del BNG Néstor Rego indicó que aquellos acuerdos implicaron «recortes» para los trabajadores y las demandas de autodeterminación. Frente a ello, en declaraciones a Europa Press apostó por recuperar el dinero del rescate bancario y nacionalizar empresas de sectores estratégicos que «nunca debieron ser privatizadas». La portavoz de Junts per Catalunya, Laura Borrás, consideró que los Pactos de la Moncloa son «un mito» porque no sirvieron para «romper con el franquismo». Pese a su escepticismo inicial, el lendakari, Íñigo Urkullu, abrió sin embargo una ventana al pacto y se mostró «absolutamente dispuesto» a ello, aunque pidió «reflexionar sobre lo que se pone como ejemplo».