Bill Gates pide adoptar una «estrategia global» contra el coronavirus

La voz REDACCIÓN

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Arnd Wiegmann

A su entender, que los países tomen acciones individuales puede llevar a una puja por materiales médicos que «matará a muchas más personas»

13 abr 2020 . Actualizado a las 08:28 h.

En en 2015, el fundador de Microsoft y mayor filántropo del mundo en salud global, Bill Gates, había predicho que la «próxima catástrofe mundial» sería una epidemia y que «la falta de preparación» podría hacer que fuera «mucho más devastadora que la del ébola». Animaba entonces a los gobiernos a invertir en sistemas para mejorar el acceso a la sanidad. Ahora, cinco años más tarde, con sus predicciones confirmadas y en medio de una pandemia que ha dejado más de 112.000 muertes en todo el mundo, el magnate llama a los diferentes países y en especial a los que forman el grupo G20, a adoptar una «estrategia global» que evite más muertes.

«Al virus no le interesan las fronteras», escribió Gates en una columna de opinión publicada este domingo en varios medios. «Desde que se detectó el virus a inicios de enero, los gobiernos se han centrado en dar respuestas nacionales» y en proteger sus fronteras, pero aunque los países ricos logren combatirlo, mientras el virus siga presente en algún país del mundo, las re-infecciones «serán solo una cuestión de tiempo». «Por eso necesitamos una estrategia mundial para luchar contra esta enfermedad», escribe Gates.

De esa manera, el filántropo cuestiona el abordaje que se ha tenido hasta ahora con respecto a la pandemia del coronavirus y pone en discusión además la idoneidad del mercado y del capitalismo para distribuir materiales tan necesarios como mascarillas, guantes o pruebas diagnósticas. 

Desde su punto de vista, los líderes mundiales y en especial los que conforman el G20, deberían tomar tres pasos de acción: asegurar un reparto efectivo de los medios para luchar contra el coronavirus, invertir en el desarrollo de una vacuna y hacerla asequible para todo el mundo; e invertir en la salud de las poblaciones más pobres.

Por ejemplo, dice Gates, mientras que la ciudad de Nueva York se ve colapsada por la pandemia, solo uno de sus hospitales cuenta con más camas que muchos países africanos. Y millones podrían morir por falta de atención.

«Si nuestra estrategia para luchar contra COVID-19 se convierte en una guerra de ofertas entre países, esta enfermedad matará a muchas más personas de las que debería», afirma. Por tanto, los países deberían distribuir los recursos «en función de la salud pública y las necesidades médicas», y una vez establecidas las reglas de reparto, aceptarlas públicamente, de manera de que se les pueda exigir responsabilidades.

Asimismo, cualquier vacuna «deberá ser considerada "bien público mundial” y ser asequible y accesible para todos», afirma.

En su columna, Gates hace referencia a la necesidad de al menos 1.800 millones de euros en inversión para la creación de la vacuna, y de al menos otros 6.700 millones en los próximos cinco años para que la Organización Mundial de la Salud continúe con sus esfuerzos de inmunización. Cifras que pueden parecer enormes a la puerta de una crisis financiera, pero que «no son nada comparadas con el coste de un esfuerzo de inmunización chapucero y un brote más prolongado».