Trump ataca a España para justificar su gestión de la crisis: «Está siendo diezmada»

La Voz

ACTUALIDAD

El presidente de los Estados Unidos defendió que cerrará las fronteras a los europeos hasta que «sanen»

20 abr 2020 . Actualizado a las 09:13 h.

No se caracteriza Donald Trump por su capacidad de autocrítica. En una nueva rueda de prensa desde la Casa Blanca, el presidente de los Estados Unidos, volvió a demostrar esta condición. No dudó en echar la mirada a España, Italia, así como al conjunto de la Unión Europea, para justificar su gestión de la pandemia en el que ahora mismo es el país del mundo con mayor número de contagiados y de fallecidos, más 585.000 y más de 23.000 respectivamente. 

«No diría que a Italia le esté yendo muy bien en estos momentos, no diría que a España le esté yendo muy bien en estos momentos. Francia acaba de extender su orden de confinamiento», dijo Trump para justificar sus decisiones. Sobre España fue más lejos, al afirmar que «está siendo diezmada».

Trump aprovechó la ocasón para anunciar que mantendrá de forma indefinida la prohibición que rige desde hace un mes de ingresar al país desde Europa a causa de la pandemia del COVID-19. «Queremos hacerlo (levantar el cierre) muy rápidamente, pero queremos asegurarnos de que todo esté bien. Ahora mismo tenemos una prohibición muy fuerte y vamos a mantenerla así hasta que ellos (Europa) sanen», dijo Trump desde la Casa Blanca.

El cierre de fronteras con Europa empezó el pasado 14 de marzo por un periodo inicial de 30 días que concluyó este domingo. Trump explicó en la rueda de prensa que esto se revertirá «en el momento adecuado», aunque no quiso definir si eso sucederá en semanas o meses, tal y como apunta EFE. 

A China

Trump prohibió en enero la entrada a Estados Unidos de personas procedentes de China y en marzo tomó la misma decisión con los que llegan de Europa, a lo que Europa respondió con una medida similar. «He decidido tomar varias medidas, fuertes pero necesarias, para proteger la salud y el bienestar de todos los estadounidenses. Para evitar que nuevos casos ingresen a nuestras fronteras, suspenderemos todos los viajes desde Europa a Estados Unidos», dijo Trump al anunciar el veto el 12 de marzo.

Más polémica

La rueda de prensa estuvo marcada por la polémica surgida a raíz de una entrevista en la que el doctor Anthony Fauci, uno de los asesores médicos de más alto rango de Trump, reconoció que de haberse confinado antes el país se habrían salvado vidas.

Trump retuiteó un mensaje este lunes en el que se pedía el despido de Fauci con la etiqueta #FireFauci, lo que generó un efecto adverso en Twitter con las etiquetas #FireTrump (despedir a Trump) y #FireTrumpNotFauci (despedir a Trump no a Fauci).

El mandatario defendió en la rueda de prensa que estaba contento con el trabajo de Fauci y dijo haber retuiteado el mensaje pidiendo su despido porque le «gusta la controversia».

El «tour de force» del doctor Fauci con Trump

El presidente apoya un tuit que pedía despedir al médico al frente de la pandemia , después de que este el domingo admitiera que «hubiera sido mejor responder antes»

Mercedes Gallego

 Al batir la estremecedora marca de los 10.000 muertos solo en el Estado de Nueva York, el gobernador Andrew Cuomo miró cuidadosamente las estadísticas de nuevos casos y anunció el lunes una buena noticia: «Creo que lo peor ha pasado, a menos que hagamos alguna temeridad». La mala es que el hombre que más confianza inspira en el manejo de esta crisis puede estar a punto de perder el trabajo.

Se trata de otro neoyorquino, Anthony Fauci, el respetado médico que dirige el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas. Tras admitir en una entrevista el domingo que «obviamente» hubiera sido mejor empezar antes a tomar medidas contra la epidemia, el presidente retuiteó un comentario que pedía su despido.

En las horas siguientes saltaron todas las alarmas. Para la mayor pandemia del siglo, el presidente no se ha rodeado de médicos y científicos sino de leales como el vicepresidente Mike Pence y su yerno Jared Kushner. Cada tarde lidera la conferencia de prensa retransmitida en directo por todas las televisiones en la que el grupo de Trabajo sobre el Coronavirus actualiza la situación, a menudo promoviendo el uso de medicamentos sin aprobar o difundiendo información falsa y teorías conspirativas. Con cara de póker, el doctor Fauci ha tenido la difícil tarea de corregirle en directo intentando no herir su ego.

Fauci no es de su equipo. Ha trabajado para seis Gobiernos desde Reagan y se ha ganado la reputación de imparcial. Su cargo existía desde antes de que el presidente montara el grupo de trabajo sobre el coronavirus y Trump ni siquiera puede despedirlo directamente, porque no es un cargo político sino un empleado federal. Para despedirlo, el presidente tendría que pedírselo al Secretario de Salud, que tendría que encontrar una causa demostrada.

Autocensura

Lo que sí puede hacer es apartarlo de las cámaras, ante las cuales ha hecho tan buen trabajo en decir la verdad, y ello pese al marcaje de Trump que se ha convertido en el hombre que más confianza inspira en esta crisis según las encuestas. Otro punto en su contra. Si hay algo que el presidente lee cuidadosamente son esos números. En ese contexto, el despido de Fauci es casi más temido que el virus. Particularmente ahora que se decide cuándo reabrir el país. El silencioso tuit del mandatario es una llamada al orden para que se autocensure todavía más.

Trump pronto tendrá que vérselas con alguien que le llevará la contraria por sistema, su rival electoral Joe Biden, que el lunes consolidó su hegemonía sobre el Partido Demócrata al recibir el apoyo explícito de Bernie Sanders, con quien se batió hasta el final por la nominación. «Joe, te necesitamos en la Casa Blanca», le suplicó el senador socialista en teleconferencia.