El BCE aceptará bonos basura como garantía en las operaciones de préstamo

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La entidad intenta aliviar la presión sobre Italia ante un previsible deterioro en la calidad de su deuda

23 abr 2020 . Actualizado a las 08:54 h.

El Banco Central Europeo (BCE) no ha esperado a que las llamas se extiendan en los mercados para sacar el extintor. Lo ha hecho hoy, tras las reunión de su Consejo de gobierno. Una cita en la que se acordó que la entidad supervisora aceptará los bonos basura como garantía en las operaciones de liquidez de los bancos de la eurozona hasta septiembre del 2021. Y no descarta salir de nuevo a escena: «Si fuera necesario, adoptaría medidas adicionales para seguir mitigando el impacto de las rebajas de calificación crediticia», anunciaron.

En los últimos días la presión sobre la deuda italiana ha crecido hasta generar enorme preocupación en los cuarteles de Fráncfort. Hoy su prima de riesgo se alza hasta el entorno de los 250 puntos básicos y los emisores tienen que ofrecer rentabilidades del 2,14 % para conseguir financiación. Y lo peor está por llegar porque este viernes la agencia S&P revisará la calidad crediticia del país. Los analistas dan por sentado que bajará otro peldaño hasta situar su bono al borde de lo que se considerada una «inversión sin perspectivas». 

El BCE se anticipa así a un posible escenario de rápido deterioro que podría desembocar en un estrangulamiento financiero. No solo porque se encarecería el precio de la financiación italiana en los mercados. Si su bono acaba siendo considerado bono basura por las cuatro grandes agencias de calificación (S&P, Moody's, Fitch y DBRS), quedaría excluido del circuito de compra del eurobanco, cerrando las puertas a la liquidez. 

Por el momento, el BCE ha maniobrado para reducir los requisitos de calidad de acceso a sus préstamos y lo hace con la vista puesta en lo que pueda pasar, por eso ha decidido aceptar como colateral activos que a fecha del 7 de abril se encontrasen en el umbral de «inversión» (BBB-) y después se hayan deteriorado hasta dos peldaños por debajo (BB).

Deuda griega

Ese mismo día (7 de abril), el BCE hizo sonar la campana al volver a aceptar deuda griega como aval para abrir el grifo de la financiación a los bancos helenos. No lo hacía desde el año de su rescate (2015), cuando el país estuvo al borde de abandonar el euro. La gravedad de la crisis que ha desencadenado la pandemia y el miedo a una reacción tardía y escasa de la Unión Europea ha obligado al organismo, comandado por la  francesa Christine Lagarde, a salir al paso para apagar los fuegos. No solo con la relajación de los criterios de admisibilidad de deuda, algo que empeorará sus balances, también con el mangerazo de liquidez anunciado de 750.000 millones de euros

Todavía quedan herramientas en el cajón del BCE para actuar si la crisis se acelera y vuelve a tensar las costuras. Las compras ilimitadas de deuda todavía no se han explorado. Si la recesión se agrava y pone en riesgo la estabilidad de la moneda única, Fráncfort podría verse obligado a poner las cartas que le quedan en la mano boca arriba y activar el programa OMT de compra masiva de deuda pública en los mercados secundarios.