Un timador de Vigo amasa 100.000 euros vendiendo falsas mascarillas a residencias de ancianos y sanitarios

e. v. pita VIGO / LA VOZ

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Guardia Civil

El implicado, que lo niega todo, realizó más de 2.600 ventas supuestamente fraudentas en toda España y en el extranjero desde que empezó el estado de alarma

26 abr 2020 . Actualizado a las 03:08 h.

Desde la comodidad del salón de su casa en un barrio semirrural de Vigo, un joven confinado se hizo supuestamente de oro timando a asilos y sanitarios aprovechándose de la necesidad urgente que estos tenían de aprovisionarse de mascarillas para protegerse de la lacra del coronavirus. Al menos, eso es de lo que le acusa la Guardia Civil pues el implicado lo niega todo ha subido un vídeo a su canal de Instagram para proclamar su inocencia.

El detenido, tras quedar en libertad después de declarar en el cuartel de la Guardia Civil de Pontevedra,  ha subido un vídeo en  su cuenta de Instagram para defender su inocencia. Alega que hizo «mucho bien» a personas necesitadas de material sanitario, que muchos clientes se lo agradecieron y que los epis que no pudo entregar se debieron a retrasos de dos semanas por el parón en los transportes con China, de donde son sus proveedores. Al ver que todo estaba bloqueado, cerró su web para no causar más trastornos a la clientela. «Yo no me he hecho millonario engañando a ancianos», afirma en un vídeo el implicado que se grabó tras quedar libre aunque sigue investigado por un juzgado de Burgos. Insiste en que varias veces los agentes estuvieron buscando irregularidades y no encontraron nada porque los clientes recibieron las mascarillas solicitadas. Quienes le denunciaron lo hicieron por los retrasos de dos semanas, lo que no hubiera pasado si su web fuese la de un gran mayorista de Internet. 

La Guardia Civil ha detenido al supuesto timador de Vigo por estafar en la venta de mascarillas a residencias de ancianos,  sanitarios, particulares e incluso a residentes en otros países. Dos días antes de entrar en vigor el estado de alarma, había montado una tienda en Internet ofreciendo material sanitario que protegía contra el covid-19 pero, una vez que el cliente pagaba, jamás recibía las mascarillas o le llegaban una ínfima cantidad y de mala calidad. En total, obtuvo un botín de 100.000 euros mediante 2.600 transacciones. La operación medical Shield-Mascar destapó el engaño masivo.

El implicado es el vigués D.V.I., de 26 años, al que acusan de un delito de estafa continuada con la agravante de ser un bien de primera necesidad.la web en plena crisis sanitaria dos días antes de entrar en vigor el estado de alarma. Ya tenía arrestos anteriores por delitos de falsedad y contra el patrimonio.

Se trata de un joven experto en mecánica y talleres y un influencer en el mundo del motor donde enseña a restaurar coches, y acumula 65.000 seguidores en Instagram y otros 136.000 en You Tube. Tras el registro policial de su garaje y su casa, ahora teme los insultos de los supuestos perjudicados, que ya saben donde vive. «Todo es mentira, esto me ha hecho mucho daño», relata en un vídeo para salir al paso de la difusión de las imágenes de su arresto en la calle donde reside.

Según la Guardia Civil, el joven montó la web en su propia casa, que era la sede de la falsa empresa. Inició su actividad, oportunamente, en plena crisis sanitaria, justo dos días antes de entrar en vigor el estado de alarma el 14 de marzo para pescar a clientes y aprovechar el tirón de las ventas en un momento de gran escasez de este producto.

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La investigación empezó en marzo cuando los encargados de dos residencias de ancianos de la provincia de Burgos, en Salas de los Infantes, denunciaron una estafa perpetrada por una empresa de venta online de productos sanitarios. La tienda virtual publicitaba sus mascarillas como una protección específica contra el contagio del coronavirus. Los responsables del centro de la tercera edad se gastaron 3.500 euros en mascarillas pero nunca recibieron el pedido además. También hubo particulares afectados. Hasta 60 usuarios han interpuesto denuncias contra el sitio web.

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Las pistas condujeron a una empresa de Vigo que funcionaba como un complejo entramado virtual que había creado el propio sospechoso para despistar y confundir su rastro. Abrió hasta siete cuentas para cobrar el dinero de las falsas ventas. En su tienda on line aseguraba que tenía suficiente stock y, para ganarse la confianza del comprador, facilitaba el pago seguro mediante varias pasarelas y sistemas. Otro gancho es que prometía una entrega del pedido en plazos muy breves, de solo 15 días el pedido. 

 Muchos sanitarios compraron el modelo FFP3 con válvula, para evitar contagios en el doble sentido, pero no llegaron los pedidos o solo de poca calidad y sin certificados.

Las autoridades han pedido bloquear los 100.000 euros amasados de su botín tras acumular 756 reclamaciones. Se cree que hay muchos más afectados. Muchos denunciaron la estafa en la redes sociales y se han llegado incluso a crear plataformas de perjudicados. También hay afectados en el extranjero por lo que la Europol está localizando a más víctimas. La Guardia Civil dice que hay un notable aumento de estas ciberestafas ante la escasez en el mercado de productos sanitarios. La Guardia Civil recuerda que se extremen las precauciones para comprar seguro por Internet.

El investigado se declara inocente en Instagram

El vigués D.V.I., experto en la restauración de coches viejos, emitió en su canal de Instagram un vídeo bajo el título «No daré más explicaciones» para proclamar su inocencia y calificar de mentiras las denuncias contra él. Señala que se ve en la obligación de salir al paso de las informaciones «falsas» que le ponen en peligro su reputación y su integridad física: «Media España sabe ahora donde vivo». Recalca que, aunque se dedica a los coches, también tiene una empresa de comercio internacional  que importa productos de China a España de mascarillas de protección contra el covid-19.

 «Hicimos mucho, pero que mucho bien, en los españoles que no podían ir a una farmacia y no podía comprar una mascarilla en la farmacia. Tengo cientos o miles de emails de clientes dándome las gracias porque consiguieron el producto a través de mi», afirma el implicado. Pone como ejemplo a una veterinaria que no tenía guantes para operar a un perro y le dio las gracias porque estaba todo agotado y él se los consiguió. «Vender material de protección es legal, no hay trucos ni secretos», dice.

El problema surgió con la «saturación» del transporte en China porque fue más lento. «Al ver que se ralentizaban los envíos, cerramos la web para no meternos en un lío porque esto iba a peor. Los pedidos fueron llegaron con quince días o un mes de retraso, lo siento mucho. Había ocho personas atendiendo a los clientes», alega el investigado. Sin embargo, explica que, «hubo gente que no lo creyeron y fueron a hacer una denuncia por estafa para que le devolviesen el cargo, yo haría lo mismo si compro algo en una web que no es Amazon».

 Explica que se iniciaron varias investigaciones por las quejas presentadas en los pedidos. Según su versión, la Policía Nacional le investigó pero «le entregé los recibos, todos estaba correcto y archivaron el caso porque no había nada». La Guardia Civil abrió otro expediente porque en Burgos se concentraron varias denuncias contra la web pero, según dice, los agentes acudieron a ver a los clientes y estes le mostraron la mercancía que acaban de recibir correctamente. «Esto no es una estafa, está llegando normalmente», dice.

El miércoles, ocho agentes entraron a registrar su casa y se llevaron equipos y documentación, sin esconder nada. Declaró en Pontevedra y «quedó todo solucionado en dos horas y me levanto hoy con una sarta de mentiras hacia mi persona, diciendo que el producto no existe y publicando el número de mi casa y del garaje. Es una manipulación de la situación». Agradeció a la gente que lo apoyó y que sabe que «yo trabajo como un cabón dejándome las putas manos para llegar a tener lo que tengo frente a los que se inventan que soy millonario por las estafas que hago». 

Se queja de que por los foros divulguen su número de código postal y compartan imágenes de su casa, y que denunciará a la Guardia Civil por invasión de su intimidad y al resto de quienes lo difundan. «El que me quiera creer bien y el resto que deje de molestar», afirma.