El goteo de Iglesias en la crisis genera malestar en los ministros socialistas

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

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Josefina Blanco - Europa Press

La batalla dentro del Gobierno se libra a base de escaramuzas y a golpe de tuit

26 abr 2020 . Actualizado a las 10:24 h.

La guerra que se libra en el Consejo de Ministros no es una lucha entre dos ejércitos a campo abierto, como la escenificada en Galicia en los años del bipartito. La de Moncloa se asemeja más a una guerra de guerrillas, con escaramuzas constantes, muchas veces libradas a golpe de tuit, filtraciones o declaraciones ambiguas con las que cada facción intenta marcar territorio. Esto no impide que en ocasiones también se registren sonadas batallas, como la librada en la reunión del gabinete ministerial el 14 de marzo, cuando Iglesias rompió por primera vez su cuarentena para acudir a Moncloa a defender las posiciones de su partido.

Aquel sábado se registraron las mayores tensiones entre Sánchez e Iglesias. El presidente dejó fuera del equipo de mando a su vicepresidente segundo, que hizo constar su enfado. Sin embargo, desde entonces la relación se ha fortalecido. Iglesias optó por la táctica de la gota, fijándose objetivos cortos y concretos con los que ir empapando el Consejo. Y le ha funcionado. Sánchez ha tomado parte a su favor frente a las propuestas procedentes de Ferraz, generando incomprensión y cierto malestar entre las vicepresidentas y ministros de la cuota del PSOE que se han sentido atacados por Iglesias.

Carmen Calvo

El gran choque. Las mayores fricciones son las que ha mantenido con Carmen Calvo. La mala relación se arrastra desde el pasado verano, cuando se frustró el primer intento de coalición y que acabó derivando en una repetición electoral. En Podemos apuntan a Calvo como la gran responsable de que las negociaciones no llegasen a buen puerto. También la acusan de haber sacado los colores a Irene Montero con la «chapuza» de la ley de integridad sexual como una represalia tras haberse quedado sin Igualdad. Por su parte, desde el entorno de la vicepresidenta apuntan a los ministros de la cuota morada de filtrar interesadamente parte de las deliberaciones del Consejo de Ministros, incluso de borradores de decretos antes de su aprobación. El contagio de la secretaria de Igualdad del PSOE le obligó a dar un paso atrás, que fue aprovechado por Iglesias para ganar peso.

Nadia Calviño

La disputa económica. Las desavenencias entre Iglesias y la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, también han sido frecuentes a lo largo de la crisis. En Podemos ven a la gallega como una especie de agente encubierta de la troika dispuesta a sacar la tijera con un simple gesto de Bruselas. La vicepresidenta apuesta por ajustar al máximo el equilibrio entre medidas de confinamiento y el parón de la actividad económica. Y defiende que antes de prometer cosas desde el Gobierno, hay que cuadrar números.

María Jesús Montero

Comunicación. María Jesús Montero es una de las ministras socialistas que siempre ha sabido entenderse con Podemos. Prueba de ello fue su elección como portavoz del Gobierno en detrimento de Celaá. Sin embargo, esta relación se ha venido enturbiando. Los roces también fueron constantes por aspectos económicos, como las prisas por la renta mínima vital. Este jueves Iglesias señalaba a Montero desde Moncloa como responsable de la polémica que se generó a raíz del permiso a los niños de hasta 14 años. «Es evidente que no comunicamos bien», comentó.

Salvador Illa

El tanto de los niños. Iglesias realizaba esta acusación velada en una comparecencia conjunta con Illa. El líder de Podemos tardó minutos en apuntarse el tanto de la rectificación del Gobierno respecto a los paseos de los niños, dando a entender en un tuit que había logrado hacer entrar en razón al ministro de Sanidad.

Otros

Campo, Escrivá y Ábalos. Escrivá, responsable de Seguridad Social, se enteró por la prensa de que se aprobaría hace ya dos semanas un ingreso mínimo vital aireado desde Podemos que todavía no ha llegado. Campo, titular de Justicia, guarda silencio, pero queda en evidencia con los ataques del vicepresidente segundo a los jueces. Y desde le entorno de Ábalos, uno de los pesos pesados del PSOE, lamentan que UP desaparezca en las duras y asome en las maduras.