Casado traslada a Sánchez que el PP no apoyará la prórroga del estado de alarma y ERC votará en contra

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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El líder del PP, Pablo Casado, durante una entrevista en Onda Cero
El líder del PP, Pablo Casado, durante una entrevista en Onda Cero DAVID MUDARRA (PP)

El jefe del Gobierno advierte a los populares que si no la apoya, aunque sea absteniéndose, sería el caos. Sus socios de investidura le dan también la espalda para prolongar la medida excepcional, vigente hasta el 10 de mayo

05 may 2020 . Actualizado a las 12:49 h.

El Gobierno tiene cada vez más dificultades para lograr apoyos para la prórroga del estado de alarma. El líder del PP, Pablo Casado, ha transmitido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el transcurso de una conversación telefónica que se ha prolongado por espacio de una hora, que su partido no va a apoyar la prórroga del estado de alarma en la votación que tendrá lugar este miércoles en el Congreso, aunque no especificó si se abstendrá. Una abstención de los populares, sin embargo, no impediría la prórroga.

Así lo ha anunciado el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, en una comparecencia en la Moncloa. Y ERC, socio de investidura de del Gobierno, anunció que votará en contra, mientras que el PNV, también socio, solo apoyará al Ejecutivo si rectifica y permite a las comunidades gestionar sus propias medidas para la desescalada. 

Solo está vigente hasta el 10 de mayo

El actual estado de alarma, aprobado en una tercera prórroga por el pleno del Congreso de los Diputados el pasado 22 de abril, solo está vigente hasta las 00:00 horas del domingo 10 de mayo. En caso de que el Parlamento rechazara una cuarta prórroga, el paso a la fase 1 de la desescalada diseñada por el Gobierno quedaría en entredicho, ya que está previsto que comience precisamente el 11 de mayo. El Ejecutivo no podría decretar, como solución a ese bloqueo, un nueva declaración del estado de alarma que no necesitara en los primeros quince días la aprobación de la mayoría del Congreso, una solución que ya se había planteado como hipótesis jurídica y a la que el propio Gobierno renunció expresamente. Es decir, no hay plan B por parte del Ejecutivo y, en ese caso, tendría que haber un acuerdo con las autonomías en base a la legislación ordinaria en materia de salud para gestionar la pandemia. Otra opción sería decretar el estado de excepción, pero este, que permite aun más restricciones de los derechos fundamentales, solo se puede aplicar con la autorización, desde el primer día, de la mayoría del Parlamento, por lo que parece también inviable.       

Responsables de un rebrote de los contagios

Sánchez advirtió a Casado en la conversación de que esa posición solo puede conducir al «caos económico y sanitario» y pone en riesgo además la aplicación de las medias de confinamiento para combatir el covid-19 y también las ayudas económicas para las empresas, autónomos y empleados puestas en marcha como consecuencia de la aplicación de la medida excepcional. Según Ábalos, a pesar de lo que afirman dirigentes del PP y expertos constitucionalistas, no existe ninguna posibilidad de aplicar medidas que restrinjan el derecho de circulación de los ciudadanos sin el estado de alarma. Por eso, apeló especialmente a la responsabilidad del PP, por ser un partido que gobierna en varias autonomías. Explicó que el Gobierno no considera que la advertencia de Casado sea un «farol» y señaló que no renovar el estado de alarma haría a los populares «responsables» del caos e incluso de un posible rebrote de los contagios. «No se puede ir de farol en una cosa tan seria» porque «son momentos muy duros», indicó. El ministro de Transportes ha elevado la presión sobre el PP y ha asegurado que una abstención en la votación en el Congreso «equivale a un no». «No quiero ser alarmista, pero si efectivamente el estado de alarma decae, imagínese el día siguiente, todo el mundo tiene que incorporarse a su actividad», señaló.

Sánchez llamó a Casado para conocer la posición de su partido ante las quejas expresadas por los presidentes autonómicos en la conferencia que mantuvo con ellos ayer, en la que los presidentes populares cuestionaron la prórroga del estado de alarma y aseguraron que hay mecanismos legislativos alternativos para controlar la pandemia y aplicar las medidas de confinamiento. El titular de Sanidad, Salvador Illa, incidió sin embargo en el mismo razonamiento que Ábalos y señaló que la prórroga del estado de alarma «es imprescindible para controlar un posible repunte» y no aprobarla «nos puede llevar incluso al caos», por lo que pidió «no hacer experimentos».

Duda entre la abstención y el no

La respuesta de Casado no aclara si el PP se abstendrá o votará en contra, aunque descarta el voto a favor. Desde el Ejecutivo consideran «inaceptable» que un «partido de Gobierno» como el PP no apoye la extensión de la situación de excepcionalidad, ni siquiera en el caso de que se abstuvieran. Si los populares tomaran esta última posición, la prórroga se aprobaría con más síes que noes, pero con un altísimo número de abstenciones, lo que dejaría al Gobierno en una situación de debilidad. Un voto en contra el PP impediría que la prórroga saliera adelante y situaría a Sánchez en una posición insostenible ante la derrota parlamentaria. Casado se mostró esta mañana dispuesto a estudiar el sentido de su voto si Sánchez se aviniera a aceptar las propuestas que le ha hecho el PP en torno al plan de desescalada, aunque consideró que en este momento no es necesario ya mantener el estado de alarma. El Gobierno liga esa posición a un intento de debilitar al Ejecutivo de coalición porque, según indican, Casado no está en realidad en contra de ninguna de las medidas que se han tomado al amparo del estado de alarma. «No es legítimo acorralar a un Gobierno para que al final sean los ciudadanos los que terminen pagando las consecuencias de este debilitamiento e interés político que algunas fuerzas priorizan por encima de la salud, de la vida, del bienestar y la economía de este país», afirmó Ábalos.

La líder de Cs, Inés Arrimadas, acusó también a Sánchez de amenazar a los españoles con dejarles sin ayudas económicas si no se aprueba la prórroga del estado de alarma y propuso al presidente del Gobierno un plan alternativo para aplicar las restricciones sanitarias y ayudas económicas sin necesidad de mantener la medida excepcional.

ERC abandona al Gobierno

Pero los problemas del Gobierno no parten solo desde la oposición por la derecha. ERC ha decidido también abandonar al Ejecutivo. La formación republicana ha anunciado que votará en contra del estado de alarma porque «no es el mecanismo adecuado». «Se ha demostrado que no lo era durante toda esta crisis y así lo hemos denunciado. La centralización ha sido un error», señala la formación, que indica que se abstuvo en las ocasiones anteriores «por responsabilidad y para dar un voto de confianza al gobierno español», pero, dado que no se han atendido sus exigencias de «rectificación en la retirada de competencias y espacios de soberanía», ahora votará en contra. «No han escuchado. No podemos seguir dando nuestros votos para facilitar este estado de alarma», señalaron, insistiendo en que la Generalitat debe poder gestionar directamente la «segunda fase, sin tener que esperar autorizaciones ni rectificaciones, sin duplicidades de trabajo y sin pedir permiso para hacer aquello por lo que la ciudadanía nos ha elegido». Una decisión que aumenta la presión sobre el Gobierno y deja en manos del PP la posibilidad de tumbar en el Congreso la petición del Gobierno para una nueva prórroga.

Para que la prórroga decayera, sería necesario el voto en contra del PP, Vox, ERC, Junts per Cat y la CUP. En ese caso, al Ejecutivo ni siquiera le bastaría la abstención del PNV.

Moncloa trabaja por ello en recabar el apoyo de los nacionalistas vascos, que tras dar prácticamente por hecho que no votarían a favor, este lunes se abrieron a hacerlo si la prórroga del estado de alarma incluye un mecanismo de «codecisión» con las comunidades autónomas para que puedan establecer sus propios procesos de desescalada. El líder del PNV, Andoni Ortúzar, reclamó que «cada uno pueda volver a gestionar sus instituciones y sus competencias». En línea con la actuación habitual del PNV, no anunció lo que harán y dijo que hasta la votación de este miércoles pueden cambiar «muchas cosas».