Londres negocia con Washington un acuerdo comercial con la relación con la UE aún pendiente

Juan Francisco alonso LONDRES / E. LA VOZ

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Boris Johnson, el domingo a su llegada a Downing Street
Boris Johnson, el domingo a su llegada a Downing Street John Sibley | Reuters

Los laboristas ven con recelo las condiciones de un tratado con EE.UU.

06 may 2020 . Actualizado a las 08:56 h.

Pese a que las negociaciones con Bruselas para definir la relación postbrexit están encalladas, el Gobierno de Boris Johnson ha decidido abrir otro frente y comenzar las negociaciones de un «ambicioso» acuerdo de libre comercio con la Administración de Donald Trump.

«Un tratado de libre comercio contribuiría a la salud a largo plazo de nuestras economías, lo cual es de vital importancia mientras nos recuperamos de los desafíos planteados por el covid-19», afirmaron el representante comercial de EE.UU., Robert Lighthizer, y la secretaria de Estado de Comercio Internacional británica, Elizabeth Truss, en un comunicado conjunto. Ambos prometieron que serán unas conversaciones «rápidas», que se harán por videoconferencia. 

En el 2018, el intercambio de bienes entre EE.UU. y el Reino Unido se situó en 127.100 millones de dólares (117.087 millones de euros), con las dos partes prácticamente en equilibrio, mientras que el comercio de servicios superó los 134.800 millones (123.443 millones).

Sin embargo, estudios elaborados por el Gobierno británico admiten que un eventual acuerdo con su aliado trasatlántico arrojará unos beneficios casi nulos para su economía, al rondar el 0,16 % del Producto Interior Bruto (PIB) en los próximos tres lustros. La ganancia del acuerdo con el gigante norteamericano no compensará la caída del 8 % del PIB que organizaciones nacionales e internacionales pronostican sufrirá el país, una vez que salga del mercado común y de la unión aduanera.

La decisión de Boris Johnson no fue bien recibida por la oposición. «Insistiremos en que cualquier acuerdo comercial esté sujeto al escrutinio parlamentario adecuado, y no permitiremos que se sacrifiquen los intereses del pueblo británico, ya sea para aumentar las ganancias de las corporaciones estadounidenses o para llenar el vacío comercial de los conservadores», declaró la diputada laborista Emily Thornberry.

El Partido Nacionalista Escocés volvió a exigir este martes a Downing Street que solicite a Bruselas una prórroga de dos años para negociar apropiadamente la relación futura con la UE y así evitar un brexit duro este 31 de diciembre.

Las conversaciones entre Londres y Bruselas están en punto muerto debido a las diferencias en materia de pesca y competencia, por lo que la decisión del Ejecutivo de Johnson se interpreta como un gesto de presión hacia sus otrora socios. Pero las discusiones con EE.UU. tampoco serán fáciles, ante los deseos de Washington de entrar en la sanidad pública británica.