Están a favor de imponer nuevas medidas de seguridad, pero no quieren reducir el espacio. Avisan de que pueden quebrar compañías
12 may 2020 . Actualizado a las 09:00 h.La polémica por un vuelo entre Madrid y Gran Canaria con todos los asientos ocupados ha reabierto el debate sobre la seguridad de volar en avión en tiempos del coronavirus.
En plena tormenta, las aerolíneas se defienden. Dicen que el riesgo de contagio es bajo porque el aire a bordo se renueva cada pocos minutos («la utilización de filtros HEPA elimina virus y bacterias con una efectividad del 99,99%») y tanto la tripulación como los pasajeros usaron mascarillas. Están a favor de adoptar más medidas de seguridad, como la toma de temperatura previa, pero en contra de reducir el pasaje.
Toda la industria aérea, con IATA (la Asociación Internacional de Transporte Aéreo) o el fabricante Airbus a la cabeza, ha argumentado en repetidas ocasiones que el bloqueo del asiento central para aumentar las distancias no es necesario. Y también han expresado públicamente su temor de que una reducción de aforo por distancia social pueda conducirles a la quiebra. La última vez fue el lunes. Y ante el rey.
En una videoconferencia con Felipe VI, la Asociación de Líneas Aéreas de España ha trasladado al monarca la preocupación por las consecuencias de la pandemia tanto en la actualidad como a corto y medio plazo. Y ha alertado sobre la posible quiebra de compañías. En este contexto, el consejero delegado de IAG (British Airways, Iberia, Vueling...) confirmó el lunes una reestructuración de todo el grupo aéreo.
La crisis sanitaria ha reducido el tráfico aéreo en un 95%, lo que ha obligado a las compañías aéreas a dejar en tierra a la mayor parte de sus aviones. Solo en los meses de marzo, abril y mayo el número de vuelos cancelados como consecuencia de las restricciones a volar superó los 250.000.
Esta situación pone en riesgo 900.000 empleos del sector aéreo en España y se teme una caída de ingresos de alrededor de 15.000 millones de euros, como consecuencia de la pérdida de casi 114 millones de pasajeros, casi la mitad (41,41%) del total de pasajeros registrados en todo el ejercicio de 2019.
Las líneas aéreas estiman que esta situación tendría un impacto en el PIB nacional de hasta 55.000 millones de euros, lo que equivaldría a un descenso del 4,41% del PIB, según previsiones de IATA recogidas por Europa Press.
