Podemos quiere una «tasa covid» del 2 % para los más ricos

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Presiona para gravar con un nuevo impuesto a quienes superen el millón de euros

16 may 2020 . Actualizado a las 18:29 h.

Primero fue el ingreso mínimo vital, cuyo nacimiento ha precipitado la emergencia sanitaria, y ahora le toca el turno al impuesto a las grandes fortunas, otra de las piedras angulares del programa electoral de Unidas Podemos, que la formación había dejado aparcado, pero que ahora ha devuelto a la mesa, amparándose en la necesidad de buscar recursos con los que sufragar los gastos -especialmente sanitarios- disparados por el covid-19. La formación que lidera el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, llevó este martes a la comisión de reconstrucción económica y social recién constituida en el Congreso la propuesta de crear la bautizada como «tasa covid» o «tasa de reconstrucción», una nueva figura fiscal que reemplazaría al impuesto sobre el patrimonio y que gravaría de forma progresiva a quienes tengan fortunas superiores al millón de euros.

El objetivo de Unidas Podemos es recaudar hasta el 1 % del PIB, en torno a 11.000 millones de euros, una vez que el tributo esté plenamente implantado. A diferencia del actual impuesto sobre el patrimonio, la nueva figura no sería bonificable por las comunidades autónomas.

La formación argumenta que «el 1 % de la población con mayor patrimonio acapara una cuarta parte de la riqueza del país, mientras que el 20 % más pobre solo posee el 0,1 % », justificando la necesidad de la nueva figura fiscal en la lucha contra el aumento de la desigualdad que se produjo en la última década, como consecuencia de la crisis pasada, además de sumarle la actual necesidad de sufragar la inversión pública que exige la lucha contra la pandemia.

Un gravamen de hasta el 3,5 %

La propuesta tributaria de Podemos dejaría exenta la vivienda habitual hasta los 400.000 euros y, a partir de ahí, gravaría progresivamente los patrimonios netos que superen el millón de euros: un 2 % hasta los 10 millones, medio punto más hasta los 50 millones, un 3 % en el tramo hasta los 100 y el 3,5 % a partir de esa cuantía.

Podemos defiende gravar con entre el 2 y el 3,5 % a las fortunas de más de un millón de euros La pretensión es que el nuevo impuesto recaiga sobre los mil patrimonios más elevados del país, según explicó en rueda de prensa el portavoz parlamentario de la formación, Pablo Echenique, que enfatizó la necesidad de que se cumpla el precepto constitucional de que quienes más tienen contribuyan en proporción. «Esto permitiría una sanidad pública más fuerte, sanitarios con mejores condiciones laborales, etcétera. y que la ciudadanía salga mejor y con más capacidad de esta crisis», subrayó.

Echenique también destacó que la propuesta pretende avanzar en la resolución del «problema de ingresos» que España ya tenía antes de esta crisis, en referencia a la brecha recaudatoria existente en comparación con la media europea. Preguntado por el giro recentralizador del impuesto, ya que las comunidades no podrían introducir bonificaciones, destacó que, por el contrario, sí podrían elevarlo sobre el suelo que fijase el Ejecutivo. «Lo que no podemos permitir es el dumpin fiscal», sentenció.

El PSOE discrepa en la forma

Sus socios de Gobierno dicen compartir el fondo del discurso, es decir, desarrollar durante la legislatura una fiscalidad «justa y progresiva» en la que «los que más tienen, más aporten», pero discrepan en la forma. Así lo indicó la portavoz del Ejecutivo y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que aseguró que se revisarán las figuras tributarias existentes, como el impuesto de sociedades, que grava los beneficios de las empresas, pero que no había necesidad de crear una nueva «figura expresa».

El PSOE respalda una fiscalidad «más justa», pero no quiere crear nuevos impuestos «Lo importante no es el instrumento en sí, sino la voluntad de que aquellos que más tienen puedan aportar más para que el conjunto de la sociedad se pueda beneficiar en la distribución de la riqueza» en beneficio de los servicios públicos, insistió.

Sea cual sea la opción que finalmente incremente la tributación de las grandes fortunas, ni PSOE ni Podemos hicieron referencia al principal riesgo que señalan los expertos y que dejaría en papel mojado sus cálculos recaudatorios: la fuga de capitales con destino a países con fiscalidades más benignas.