¿Sabemos en qué se diferencian los virus de las bacterias?

Mila Méndez Otero
Mila méndez REDACCIÓN / LA VOZ

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Una encuesta realizada en Australia revela que el 92 % de sus ciudadanos no saben distinguirlos

17 may 2020 . Actualizado a las 15:23 h.

El cóctel de los fármacos hidrocloroquina y azitromicina, un antibiótico, fue la fórmula maestra anunciada por Donald Trump para tratar el covid-19. Su propuesta se encontró con un muro: los científicos.

Uno de los aspectos clave que Trump desconocía en su comparecencia es que los antibióticos no combaten los virus, como el que provocada la enfermedad del covid, el SARS-CoV-2. La confusión del presidente estadounidense, aunque sorprende por su posición institucional, no es una rareza.

Según una encuesta realizada por la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth (Csiro) en Australia?, el 92 % de los ciudadanos no conocen la diferencia entre infecciones virales y bacterianas. El sondeo, que se realizó a unas 2.217 personas, deja en evidencia el desconocimiento en torno a estos microbios, a pesar de las continuas aclaraciones realizadas desde la comunidad médica.

El estudio de Csiro Información pública clave para combatir la creciente amenaza de superbacterias también destaca que un 13 % de los australianos consultados cree que el covid-19, una enfermedad viral, puede tratarse con antibióticos. Un 25 % de los encuestados nunca había oído hablar de la resistencia a los antibióticos y el 14% los toma, sin receta, como precaución antes de viajar al extranjero.

Infección bacteriana y vírica

Los resultados constatan que hay que seguir divulgando y explicando estos conceptos básicos. Una infección, como la que origina un catarro, puede tener un origen bacteriano o vírico. Su tratamiento es distinto en función de la causa. Aunque las bacterias y los virus son gérmenes, como los hongos, son muy diferentes.

Las bacterias son microorganismos unicelulares y la mayoría no son perjudiciales, sino todo lo contrario. Algunas son beneficiosas para la digestión, otras suministran vitaminas, destruyen células malignas, combaten infecciones o sirven para preparar alimentos, como el yogur o el kéfir. Se nutren del ambiente en el que viven, que puede ser su propio organismo o el de otro ser vivo.

Sin embargo, algunos de estos seres diminutos pueden invadir nuestro cuerpo y reproducirse de forma incontrolada provocando caries, infecciones urinarias, de oído o faringitis. Se tratan con antibióticos, pero muchas bacterias han desarrollado una resistencia a los mismos, son las superbacterias, de ahí la importancia de no abusar de estos medicamentos y respetar las dosis recetadas.

Los virus son todavía más pequeños que las bacterias. No son siquiera células completas, sino material genético, como RNA, el caso del nuevo coronavirus. Estos gérmenes atacan el organismo y se ceban cuando el sistema inmune, que produce los anticuerpos, está débil. Es así como invaden las células sanas.

Los virus necesitan otras estructuras celulares para reproducirse (una persona, un animal o una planta), pero pueden sobrevivir un margen reducido de tiempo fuera, en fluidos corporales infectados y depositados sobre superficies.

Causan infecciones respiratorias, hepáticas, renales... Unas derivan en dolencias comunes como la gripe. Otras son más graves: el ébola, el sida, la hepatitis A o el covid. Para algunos se han desarrollado vacunas y contra un grupo reducido hay también medicamentos antivirales.