Guerra en la familia de los Al Asad

R. P. REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

Uno de los locales saqueados de la compañía de teléfonos móviles Syriatel,  propiedad de Rami Majluf
Uno de los locales saqueados de la compañía de teléfonos móviles Syriatel, propiedad de Rami Majluf Khaled Al Hariri | Reuters

El Estado sirio incauta los bienes del magnate Rami Makhlouf, primo del presidente, acusado de impago de las deudas de su compañía de telecomunicaciones

20 may 2020 . Actualizado a las 20:00 h.

Una disputa pública sin precedentes ha descubierto una grieta en el corazón de la élite gobernante siria y una guerra en la familia de los Al Asad. El Gobierno de Siria ha ordenado este martes la incautación de los bienes del magnate Rami Makhlouf, primo del presidente Bachar al Asad, tras acusarle del impago de diversas deudas de la compañía de telecomunicaciones Syriatel, de la que es copropietario. La decisión tiene lugar después de unas semanas de acusaciones y ataques verbales entre las autoridades y uno de los hombres más ricos del país árabe. 

Todo un dramático giro de la alianza de la familia  Makhlouf -alauí, como la de Al Asad- con el Gobierno. El magnate ha pasado de amasar una fortuna como uno de los principales miembros del círculo íntimo del presidente a ser acusado de corrupción. Su imperio comercial abarca desde compañías de telecomunicaciones y bienes raíces hasta construcción y comercio de petróleo. Su nombre está incluido en la lista de sancionados por EE.UU. y la UE por sus lazos con el régimen sirio. 

Durante las últimas semanas, Rami Makhlouf ha publicado una serie de vídeos para criticar al Gobierno de Damasco y tildar las condiciones de vida en Siria como «lamentables». Uno, publicado el domingo, afirma que Syriatel estaba dispuesta a pagar este dinero para apoyar al Estado, pero negó que se tratara de impuestos. «Este dinero ha sido exigido de forma injusta», afirmó en medio de las amenazas del Ejecutivo de hacerse con el control de la compañía de telecomunicaciones.

Las disputas se retrotraen a cerca de ocho meses, cuando el Estado empezó a desmantelar parte de su imperio y la milicia Al Bustan, creada para combatir del lado de las fuerzas progubernamentales en la guerra civil que estalló en el 2011. Asimismo, disolvió en diciembre el Partido Social Nacionalista de Siria (SSNP), encabezado en la sombra por Makhlouf desde el 2005.

Las tensiones aumentaron el 3 de mayo, cuando el magnate recalcó que no pagaría el dinero reclamado por el Estado y advirtió a las autoridades de «un castigo divino» si mantenían sus exigencias, según ha recogido el think tank Center for Global Policy, según recoge Europa Press.

En respuesta, la Guardia Republicana desmanteló a plena luz del día los puestos de control en los alrededores de la residencia de Makhlouf en los alrededores de Damasco, en un gesto público de los desacuerdos existentes, si bien el empresario no ha sido arrestado.