Los empresarios suspenden el diálogo con el Gobierno y anulan las reuniones por el pacto con Bildu

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Las patronales CEOE y Cepyme califican la decisión del Ejecutivo de derogar la reforma laboral de «irresponsabilidad mayúscula»

21 may 2020 . Actualizado a las 19:34 h.

Golpe en la mesa de los empresarios. La CEOE ha decidido levantarse de la mesa del diálogo social que comparte con los sindicatos y el Gobierno hasta que este aclare los términos del acuerdo alcanzado con EH Bildu para la derogación, total o parcial, de la reforma laboral del 2012.

Así lo anunció el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, quien aseguró que deja «en suspenso» los cauces de comunicación con el Ejecutivo, argumentando que no le ve sentido sentarse a negociar «si ya está decidido lo que se va a hacer en la mesa, si el menú del día está preparado». «Que no sigan contando con nosotros», afirmó visiblemente enfadado en una entrevista en Radio Nacional.

La primera consecuencia de esa decisión de romper el diálogo social fue la desconvocatoria de la reunión que tenían concertada ayer mismo con el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, para que este les detallase la letra pequeña del nuevo ingreso mínimo vital que el Gobierno prevé aprobar antes de que acabe el mes.

Horas antes de anunciar su plante, la patronal ya había emitido un durísimo comunicado en el que calificaba la decisión de revisar la reforma laboral de «irresponsabilidad mayúscula» a la que auguran «consecuencias negativas incalculables» para la economía española y, especialmente, para el empleo. Y es que, según Garamendi, el anuncio del pacto con Bildu, la rectificación del PSOE y la rectificación de la rectificación por boca del vicepresidente Iglesias, solo contribuyen a minar la confianza empresarial, tanto interna como internacional, en la antesala de una crisis económica de magnitud desconocida.

En ese sentido, recordó que España tiene que pedir prestados cada año 300.000 millones de euros y que el BCE solo cubre la mitad de esas necesidades, por lo que hay que acudir a los mercados a buscar los otros 150.000 millones, tarea que se puede complicar si los inversores perciben inseguridad jurídica. «Recetas de 1919 no son las adecuadas», reprochó Garamendi, que volvió a agitar el fantasma de que parte del Gobierno quiere «cambiar el modelo económico de nuestro país», en una alusión velada a Unidas Podemos.

Además, la CEOE ve incoherente que el Ejecutivo pretenda incrementar las rigideces del mercado laboral en un momento en que, junto con los agentes sociales, ha tenido que arbitrar instrumentos de flexibilidad como los ERTE para hibernar millones de puestos de trabajo durante el confinamiento y se debate ahora cómo recuperar paulatinamente la actividad sin provocar una destrucción masiva de empleo.

Moneda de cambio

Argumentos que fueron secundados por la Confederación de Empresarios de Galicia, donde creen que «retornar a la regulación anterior a la del 2012 puede poner en riesgo la supervivencia de miles de empresas y de millones de empleos, máxime en un momento tan sensible de la economía».

Por su parte, desde el Círculo de Empresarios afearon al Gobierno que haya utilizado la derogación de la reforma laboral como «moneda de cambio» para conseguir la abstención de Bildu en la votación de la prórroga del estado de alarma, ya que con ello, dicen, se genera una incertidumbre «sin precedentes».

Frente al «espectáculo poco gratificante» protagonizado por los dos partidos que integran el Ejecutivo, la organización empresarial reclama una «hoja de ruta compartida» y flexibilidad laboral para hacer frente al escenario económico tras la pandemia. Recuerdan que las reformas estructurales «no pueden acometerse de manera unilateral, por razones meramente ideológicas y retornando al pasado».

«El chollo se acabó», replican los sindicatos a una patronal que ven sobreactuada

El malestar por el pacto político sobre la derogación de la reforma laboral alcanzó también a los sindicatos, que ayer reconocieron que se enteraron por los medios del pacto a tres bandas entre PSOE, Unidas Podemos y Bildu. «No teníamos en absoluto conocimiento del acuerdo ni del propio texto del acuerdo, si se le puede llamar texto a esos tres párrafos», aseguró el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, que afeó las formas del Ejecutivo y reclamó que las negociaciones sobre todos aquellos aspectos que afecten a las relaciones laborales se encaucen en el diálogo social.

Pese al tirón de orejas público, el líder sindical dejó claro que las centrales de trabajadores no renuncian a la reversión de ciertos aspectos de la reforma laboral del PP, como la recuperación de la ultraactividad de los convenios o la primacía de los acuerdos sectoriales sobre los de empresa. Además, acusó a la patronal de estar sobreactuando para intentar mejorar su posición negociadora cuando vuelva a sentarse a la mesa, advirtiendo a la CEOE de que «el chollo de relaciones laborales que tiene, esa ganga de las reformas laborales de la última crisis, no se va a mantener».

En cualquier caso, Álvarez recalcó «hay tiempo para que las aguas se serenen» y los empresarios se avengan a sentarse de nuevo, ya que la negociación entre los agentes sociales sobre los cambios en la legislación laboral no se retomará hasta que esté despejado el futuro de los ERTE, mucho más acuciante para apuntalar la recuperación

Un mensaje en el que también incidió el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo, que recordó que es necesaria la participación de los interlocutores sociales para regular «cuestiones tan actuales como el teletrabajo o el trabajo en plataformas, que se van a ver incrementadas de forma exponencial en los próximos meses».En todo caso, insistió en que la derogación de la reforma laboral del 2012 es un «objetivo irrenunciable» para su sindicato, y recordó que esa reforma fue impuesta en su día por el Gobierno del PP sin acuerdo de los agentes sociales, ya que entonces la patronal no se avino a rebajar sus posiciones negociadoras.