Marlaska resiste entre el acoso de la oposición y el silencio del Gobierno

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

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Grande Marlaska, durante una sesión de control al Gobierno
Grande Marlaska, durante una sesión de control al Gobierno

Iglesias dispara la tensión al acusar a Vox de no atreverse a dar un golpe de estado

29 may 2020 . Actualizado a las 09:02 h.

Fernando Grande-Marlaska resiste a pesar de que la oposición continúa exigiendo a Sánchez la cabeza del ministro del Interior a consecuencia de la crisis abierta en la dirección de la Guardia Civil derivada de la destitución del coronel Diego Pérez de los Cobos en plena investigación de un juzgado madrileño sobre las responsabilidades del Gobierno a la hora de permitir la manifestación feminista del 8 de marzo.

El exmagistrado de la Audiencia Nacional vio cómo los ataques en tromba del PP, Vox y Cs en la sesión de control del miércoles tenían continuidad este jueves a pesar de su intento en mantener un perfil bajo. El presidente del PP, Pablo Casado, mantuvo una reunión con representantes de una decena de asociaciones profesionales de la Guardia Civil para transmitirles el apoyo de su partido ante lo que considera «una caza de brujas» emprendida por el Gobierno. En el encuentro también estuvieron presentes el secretario de Justicia e Interior del PP, Enrique López, así como la diputada ourensana Ana Vázquez, especialista del partido en asuntos policiales, que exigió la dimisión o el cese inminente del ministro: «Marlaska no puede seguir ni un minuto más como ministro. Por dignidad, que quite las manos de la Guardia Civil y que se vaya a su casa».

PP y Cs impulsaron este jueves una iniciativa parlamentaria para que la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, acuda a la Cámara Baja a dar cuenta de las depuraciones o «purgas», como denunció Casado, están sometiendo al cuerpo.

Doble estrategia de Vox

La estrategia de Vox pasa por combinar la acción parlamentaria con la judicial. Los de Santiago Abascal registraron este jueves en el congreso una proposición no de ley para reprobar a Marlaska. Unas horas antes interpusieron una querella contra María Gámez, y el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, por supuestos delitos de obstrucción a la Justicia, represalias y prevaricación. De momento Marlaska la evita debido a su condición de aforado.

Mientras los ataques desde el otro lado arrecian, los gestos de apoyo por parte de su equipo no abundan. El miércoles Sánchez tuvo una excelente oportunidad en la sesión de control para cerrar filas con su ministro, ya que el presidente del Gobierno fue interpelado por este motivo tanto en la pregunta de Casado como en la formulada por ERC, que aplaudió la destitución de Pérez de los Cobos, al identificarlo como uno de los azotes del secesionismo. Sánchez guardó silencio.

Comparecencia en el Senado

El titular de Justicia, Juan Carlos Campo, le brindó este jueves un frío apoyo a su compañero en el Consejo de Ministros: «La actuación se ajusta a la legalidad», aseguró.

Pero el intento de Moncloa de sofocar el incendio ocasionado por la gestión de esta crisis desde el Ministerio del Interior está legos de apagase. El ministro Grande-Marlaska, comparecerá la mañana del viernes en el Senado para exponer las líneas generales de su departamento en una sesión que se enmarca en plena polémica por los relevos en la cúpula de mando de la Guardia Civil y el cese fulminante del coronel Diego Pérez de los Cobos, y tras las peticiones de dimisión de los principales partidos de la oposición.

En plena tormenta por los ceses en la cúpula, Juan Fernández fue elegido nuevo secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). Fernández defiende en una entrevista a Efe la «neutralidad e imparcialidad política» como seña de identidad de cualquier cuerpo policial que quiera mantener su prestigio». Pero ve necesario que la directora del cuerpo, María Gámez, a la que define como «una mujer firme y decidida», modifique la estructura de su gabinete.