Frank Blanco: «Hacer trampas cuando juegas es 'Typical Spanish'»

B. Pallas REDACCIÓN / LA VOZ

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El presentador llega a TVE para presentar un concurso de entretenimiento familiar sobre cultura popular española

14 jun 2020 . Actualizado a las 09:07 h.

Cultura, geografía, gastronomía y costumbres de España serán las materias a concurso de Typical Spanish, un programa familiar presentado por Frank Blanco que llega al horario de máxima audiencia de La 1 de TVE el próximo viernes. Dos equipos compuestos por famosos y capitaneados por Florentino Fernández y Vicky Martín Berrocal se enfrentarán en un espacio que cambia la denominación de origen al formato internacional I Love My Country.

—Un programa veraniego de entretenimiento familiar. ¿Está el espíritu del «Gran Prix» detrás de «Typical Spanish»?

—Tiene elementos que te pueden resultar familiares de diferentes programas. Al principio cuando se empezó a hablar de él la gente decía que era el nuevo Furor. ¿Que tiene cosas de Furor? Alguna tiene. ¿Que hay dos equipos de famosos? Ahí tienes un elemento en común. ¿Que hay guiños al Un, dos, tres? También los hay. En el tramo final del programa hay una cosa que nos hemos inventado que es el premio Chicho y uno de los equipos puede llevarse un premio al estilo de los premios malos del Un, dos, tres. Hay días que hemos puesto en juego no sé cuántos kilos de rollos de papel higiénico, no sé cuantos miles de mondadientes. Puede recordarte a algunos programas. Y eso estaría muy bien, porque siempre te recordaría a grandes formatos, pero tiene cosas muy propias que tienen que ver con el formato internacional del que procede, que suma ya varias temporadas en Holanda y en el Reino Unido.

—Por lo que ha visto hasta ahora ¿qué tal estamos en cultura popular?

—Estamos bastante bien. El nivel de nuestras preguntas no es el de Saber y ganar de Jordi Hurtado. El nivel lo ponemos para que sea asequible, porque es un programa familiar y queremos los espectadores jueguen y acierten, que no hayan tenido que hacer ningún máster ni ninguna carrera para poder seguir el programa y jugar en casa. No obstante, me he llevado sorpresas de cosas que yo no sabía y pensaba que nadie iba a saber y en cambio los concursantes casi rompen el pulsador para responder. Estamos mejor de lo que podíamos pensar.

—¿El programa confirma o desmiente los tópicos?

—Para mí una de las grandes sorpresas, que surge a lo largo de las emisiones, es que los propios invitados asumen el concepto typical spanish, pero tiene más que ver con su actitud y cómo se enfrentan a las cosas. Algo que me ha sorprendido mucho y que me he dado cuenta de que es typical spanish es hacer trampas. En casi todos los programas alguno de los participantes lo ha intentado y eso no lo he visto en ninguno de los formatos internacionales. Me he revisado los de unos cuantos países y no he visto que eso formase parte del ADN de los concursantes. Y aquí sí. No quería yo creérmelo, pero me ha dado la sensación de que hacer trampas cuando juegas es Typical Spanish.

—No nos deja eso en muy buen lugar.

—A ver, son siempre trampas inocentes y afortunadamente lo que te juegas es algo simbólico. Yo intento no ponerme muy serio con ellos porque un día nos jugamos un botijo, otro, unas mermeladas. Si nos estuviéramos jugando grandes cantidades de dinero a lo mejor las cosas cambiaban.

—El estado de alarma les llegó al principio de las grabaciones. ¿Cómo ha sido la vuelta al plató en esta nueva realidad?

—Fue toda una experiencia por la incertidumbre que todos los españoles hemos tenido. Llevábamos grabados tres programas con público y cuando fuimos a grabar el cuarto, unas horas antes, sabemos que no podemos hacerlo con público. Creo que fue el jueves anterior al estado de alarma. Lo que piensas es que el programa sin público se va a venir abajo. En esos días se empezaba a decir que nos iban a confinar, que iban a cerrar una comunidad autónoma, se oían voces. Pero esto ya era algo concreto, estaba afectando a un programa de televisión y ya se estaba haciendo que las personas dejásemos de tener contacto. Veíamos ya que avecinaba algo serio y nuestra preocupación de verdad ya no era hacer el programa sin público, sino el darnos cuenta de que aquí iban a pasar cosas. Y cuando hemos vuelto con público virtual ha quedado muy integrado, hemos sido capaces de no echarlo de menos, aunque el calor del público en directo sea insustituible. Cuando retomas la grabación después de tantas semanas de confinamiento lo haces con mucha alegría, porque igual que cuando te paran la grabación te estás temiendo lo peor, cuando retomas piensas en positivo y quiere decir que a partir de ahora va a mejor. Ha habido muchísimas emociones concentradas en cada momento del proceso de grabación.

—El aislamiento está redescubriendo el valor del público en directo en televisión.

—En nuestro caso, la diferencia de tener público o no en nuestro plató es como si ves un partido de fútbol en el estadio o lo ves en casa. Es otro ambiente, pero la emoción no la pierdes.

—También ha hecho radio desde casa. ¿Cómo ha sido la experiencia del teletrabajo?

—En mi caso debo decir que esa experiencia yo ya la tenía, porque tecnológicamente la radio hace tiempo que te permitía hacer cosas desde casa. Pero cambia mucho el tener que hacerlo por obligación y porque te piden que no vayas al trabajo. Va a ser una experiencia inolvidable. Intenté hacerlo de la mejor manera posible para mí y mi situación familiar. Hice intervenir a mis hijos para que nos diéramos cuenta de que efectivamente estábamos en casa y para darle importancia al momento que estábamos viviendo. Supongo que dentro de un tiempo, en mi caso, me daré cuenta de todo lo que ha pasado.

—Ahora ha dejado la radio, cambia de cadena y llega a la televisión pública. Es un momento de mudanza para usted.

—Lo afronto con muchísima ilusión, porque Typical Spanish es para mí un regalo por muchos motivos. No es un formato que se pruebe en España, sino que tiene muchísimo éxito en decenas de países. Que te ofrezcan un formato que ha funcionado en tantos sitios es algo que no puedes rechazar. Y que vaya en prime time, que es el mejor horario que le pueden dar a un programa, no le puedes poner ninguna pega. Así que en este momento no puedo tener más ilusión porque la gente lo vea, lo disfrute. Creo que puede ser una gran sorpresa para la televisión en España este año, puede ser de esos programas longevos que forme parte de la historia de la televisión. Estoy ilusionado y con mucha curiosidad por saber si este pálpito que tengo se va a cumplir.

—¿Es verdad, como se ha dicho, que le gustaba más «Zapeando» cuando lo hacía usted?

—Creo que ese titular me va a perseguir un tiempo. Pero no lo dije ni lo digo ahora con ninguna mala intención. A mí me gusta más el Zapeando que hacía yo porque lo hacía yo y porque conocía las tripas del programa y me lo pasaba mejor haciéndolo que viéndolo. Pero el hecho de que yo diga que me gustaba más mi Zapeando no quiere decir que lo que veo ahora me desagrade. Salí de él en un buen momento, porque se avecinaban cambios, el programa necesitaba un meneo y a mí esos cambios no me gustaban mucho. Pero lo último que quiero es que alguien piense que ahora hablo mal de mi programa anterior, porque no es el caso.