Merkel y Macron dan por hecho que no se rebajará la dotación del fondo de reconstrucción

Redacción LA VOZ, AGENCIAS

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La canciller trata de convencer a los países más reticentes con la promesa de ajustes en España e Italia y el presidente francés les recuerda que son los más interesados en mantener el mercado interno de la UE

30 jun 2020 . Actualizado a las 08:49 h.

«No es suficiente que Alemania y Francia se pongan de acuerdo para que haya un acuerdo en Europa, pero es difícil que haya un acuerdo en Europa si no hay consenso entre Francia y Alemania». A solo dos días de que Alemania asuma la presidencia de turno de la Unión Europea, la canciller Angela Merkel recibió ayer en Messeberg al presidente francés, Emmanuel Macron. Una cumbre con la que el eje Berlín-París quiso lanzar una imagen de unidad de cara a la negociación del fondo de reconstrucción y del presupuesto comunitario para el próximo sexenio (2021-2027).

Merkel y Macron reafirmaron su compromiso con un fondo de recuperación que ellos mismos impulsaron y que luego la Comisión Europea mejoró. Pero reconocieron que la propuesta (que incluye 500.000 millones de euros en transferencias directas no reembolsables y otros 250.000 millones en préstamos) suscita resistencias en el bautizado como club de los frugales. Países como los Países Bajos, Austria, Dinamarca o Suecia que no quieren dar ni un euro a fondo perdido y a los que Macron recordó ayer que deberían estar muy interesados por mantener el mercado interior de la UE: «Les reporta mucho más que a otros», advirtió el mandatario galo.

Mientras, Merkel optó por la estrategia de la zanahoria. Entiende la canciller que una forma de vencer las resistencias de los países más austeros a ayudar a los países más castigados por la pandemia es ligar esos fondos a programas nacionales de reforma que garanticen la sostenibilidad y la competitividad de la economía. Es decir, imponiendo a Italia y a España (que aspira a obtener 140.000 millones del fondo común) un plan de ajustes para embridar las cuentas públicas tras el golpe del covid. Pero dejó claro que no renunciarán a las subvenciones a fondo perdido: «Si queremos que nuestro endeudamiento común sea efectivo tendrá que tener la forma de subvenciones presupuestarias». De hecho, la canciller se mostró confiada de que, una vez se aseguren la condicionalidad de las ayudas, los frugales no presentarán una contraoferta que rebaje el alcance del fondo.