Yolanda Díaz: «El Estado tiene que estar cuando se le necesita, para eso pagamos impuestos»

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

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Advierte sobre los fraudes en los ERTE: «Pueden tener consecuencias penales»

09 jul 2020 . Actualizado a las 10:19 h.

El próximo lunes se cumplen seis meses de la toma de posesión de Yolanda Díaz (Fene, 1971) como ministra de Trabajo. Un estreno marcado por la subida del salario mínimo, la derogación del despido por baja médica justificada y la gestión de los ERTE, del que hace un balance «moderadamente positivo, ya que hemos tenido que gestionar una pandemia con unas consecuencias económicas y sociales como no habíamos conocido en más de un siglo».

-En este medio año han firmado cuatro grandes acuerdos con sindicatos y patronal. ¿Confían en mantener esa unidad?

-No es que confíe, es que todo lo que se haga en el ministerio se va a hacer con diálogo social. Me gustaría que ese diálogo terminara como en estas cuatro ocasiones con acuerdo, pero soy consciente de que habrá momentos en que no será así. Pero es clave que sindicatos y patronal tengan la oportunidad de trabajar en las políticas públicas.

-En el caso de la negociación de los ERTE, ¿fue el Gobierno el que más cedió para allanar el acuerdo?

-En estos acuerdos, las tres partes han estado a la altura de las circunstancias, han sido flexibles y no hemos ido con líneas rojas. Y esa es la clave. Hemos sido muy duros con algunos temas que a la patronal no le gustaban, como las cláusulas de mantenimiento del empleo, la prohibición de despedir y de repartir dividendo, pero siempre se busca un lugar de síntesis. Si se quiere acordar, se puede.

-Con la apertura de fronteras y el inicio de la temporada turística, ¿se ha acelerado la reincorporación de trabajadores en ERTE?

-De los 3,4 millones de trabajadores que llegó a haber en ERTE, la semana pasada cerrábamos con un millón y medio incorporados a la actividad, hoy [por el martes] tenemos 250.000 más. Y aunque no puedo desvelar la cifra, porque el dato hay que darlo cuando toca, es el primer día en el que hay un descenso muy importante del desempleo que nos permite respirar.

-¿Le sorprende el ritmo de reactivación del mercado laboral?

-No, hemos diseñado con los agentes sociales una herramienta dúctil, que se adapta al máximo a las necesidades de las empresas, porque permite reducir jornada y quitar y poner a trabajadores de los ERTE. Pero vamos a ver cómo los sectores que todavía hoy permanecen en malas condiciones afrontan el verano y llegan al final del año, por tanto prudencia, pero con la certeza que da que tenemos una herramienta que los va a proteger. Pongo el ejemplo de A Mariña: están confinadas 70.000 personas, creo que ha sido un gran acierto en el último real decreto haber previsto esa situación y haber dispuesto una norma para casos como este.

-¿Hasta cuándo están dispuestos a extender los ERTE? La OCDE ha advertido que prolongarlos demasiado puede ser contraproducente.

-Hay un consenso en todos los operadores económicos y sociales en que el diseño de políticas para afrontar esta crisis desde el Ministerio de Trabajo ha sido muy adecuado. De no haber desplegado estas medidas, hoy tendríamos un panorama desolador. Después hay un debate teórico de cuánto hay que proteger, que reproduce la OCDE y también el señor De Cos, del Banco de España. Pero la medida está funcionando y como política pública es lo que hay que hacer. El Estado tiene que estar cuando se le necesita, pagamos impuestos para esto. Hemos salvado a un millón y medio de autónomos, lo que no había pasado jamás. En la crisis anterior cerraron sus negocios y nunca más pudieron volver a abrir. Y eso está siendo muy útil como política de rentas y para azuzar la demanda. Defender las empresas es defender el empleo y la economía.

-Han acordado mantener el contador de las prestaciones a cero y el acceso a aquellos asalariados sin el tiempo de cotización necesario, pero, ¿qué pasará con los trabajadores que cumplan seis meses en ERTE en septiembre? ¿Verán rebajada su prestación al 50 % de la base reguladora?

-Hemos ido a un esquema de protección de los trabajadores y trabajadoras en ERTE excepcional, como nunca se había producido. Pero la reforma del PP bajó la base reguladora al 50 %, esa norma está en vigor y no tendríamos margen para cambiarlo. De ahí la importancia de abrir la mesa de diálogo social para abordar la protección social en este momento.

-La Inspección ha iniciado los controles a las empresas en ERTE, ¿qué se han encontrado?

-El mensaje es que la gran mayoría de las empresas son honestas y hacen un uso adecuado de los bienes públicos. ¿Qué nos hemos encontrado? Pues pequeños negocios que están trabajando ya, deciden mantener en el ERTE a sus empleados y los mandan a trabajar sin cumplir las obligaciones de darlos de alta y pagar cotizaciones y salarios. Esto es no solo una sanción administrativa grave, sino que puede tener responsabilidades penales. Cuando una empresa hace mal uso de los recursos públicos, se los quita a otra empresa y a trabajadores que sí los necesitan.

«Nos equivocaríamos si lo que buscamos con el teletrabajo es ahorrar costes»

Superado el pico de la crisis sanitaria, la ministra ha puesto sobre la mesa el anteproyecto de ley para regular el trabajo a distancia.

-La pandemia obligó a adoptar el teletrabajo, pese a las resistencias de las empresas hasta entonces. ¿No teme que un exceso de regulación provoque una marcha atrás?

-No soy partidaria ni del exceso de regulación ni del defecto, soy partidaria de legislaciones que ayuden a tener relaciones laborales justas. La reforma laboral del PP incorporó el trabajo a distancia con una concepción deteriorada, de ahí su inaplicación en nuestro país desde el 2012. Se trata ahora de elevar y de dar garantías al trabajo a distancia, que debe reunir las mismas garantías que el presencial y que, a diferencia de lo que ha sucedido en la pandemia, ha de ser voluntario. No se trata de ir hacia un trabajo a distancia que ahorre costes o que precarice las relaciones laborales, nos estaríamos equivocando.

-¿Estará lista la ley en otoño, por si hay un rebrote generalizado?

-Esta semana empieza el diálogo social sobre la norma y estamos pendientes de todos los informes de los organismos públicos, porque ahora legislamos ordinariamente, ya no son decretos, por eso no puedo decir una fecha.

-No renuncian al desmontaje de la reforma laboral. ¿Cuándo se retomará y qué se modificará?

-Antes de la pandemia, la mesa del diálogo social estaba ya trabajando en el primer bloque de legislación laboral. Cuando terminemos con la negociación de las normas de igualdad retributiva y del trabajo a distancia continuaremos con él. Vamos a abordar lo que dispone el acuerdo de Gobierno: negociación colectiva, subcontratación, descuelgues salariales... Y luego habrá que entrar en las causas de la precariedad en el contrato de trabajo y en todo lo que tiene que ver con unas relaciones laborales del siglo XXI. Lo vamos a hacer con diálogo social y tranquilidad.

«El Gobierno de Feijoo ha sido un decenio de inacción política»

Díaz, que fue diputada en el Parlamento de Galicia entre el 2012 y el 2016, se ha involucrado en la campaña de Galicia en Común para las autonómicas del domingo.

-Las encuestas apuntan de forma unánime a un resultado, ¿confía en que se produzca el vuelco?

-Las encuestas indican tendencias, pero la palabra la tienen los galegos y las galegas. Ha llegado el momento en Galicia de abrir las puertas a la modernidad, de abandonar las mayorías absolutas. La ciudadanía gallega no quiere mayorías absolutas, quiere que nos entendamos, que seamos diversas y tener la oportunidad de por fin colocar a Galicia en el mundo. Porque el Gobierno de Feijoo ha sido un decenio de inacción política. De privatización y precarización de servicios, de pérdida de 20.000 empleos industriales, de multiplicar la deuda pública por tres... Lo que ha hecho es practicar la política del no, no ha ejercido sus competencias en materia cultural, lingüística, industrial o social. Ha salido a última hora y de manera incorrecta con un cheque para los sanitarios de 250 euros para que vayan a la hostelería. En fin, unos despropósitos considerables. Los galegos y las galegas quieren una Galicia que pueda formar parte del cambio que se está propiciando en el resto del Estado. Va a depender de lo que hagan con su voto el domingo.

-Con ese balance, ¿por qué la oposición no ha conseguido capitalizar el descontento? ¿Demasiada fragmentación, muchos cambios de siglas y candidatos...?

-Yo, como siempre hago autocrítica, en la parte que nos puede corresponder creo que lo pudimos haber hecho mejor. La gente no entiende ni de distracciones ni de ruidos ni de disputas internas. La gente lo está pasando mal y quiere que le arreglemos sus problemas, no quiere liortas entre nosotros. Y hay otra cosa que nos debe estimular: Feijoo es un gran adversario pero, y con eso hago un llamamiento a la Galicia progresista, es derrotable. Tenemos que creérnoslo. En el caso de Galicia en Común, nos estamos disputando tres escaños con el PP, que son la clave para que Feijoo pierda la mayoría: en A Coruña, en Pontevedra y en Lugo. Es importante que la ciudadanía lo sepa.

-Es la ministra de Unidas Podemos mejor valorada y hay quien ya la sitúa como posible sucesora de Pablo Iglesias, ¿le tienta esa carrera?

-Yo lo que hago es trabajar, y es en lo que estoy. Tengo responsabilidades más que suficientes y no me distraigo en otras cosas.