Los demócratas nominan formalmente a Biden pese a la disidencia de la izquierda

Mercedes Gallego NUEVA YORK / COLPISA

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Joe Biden besa a su mujer, Jill, en una imagen difundida durante la Convención del Partido Demócrata
Joe Biden besa a su mujer, Jill, en una imagen difundida durante la Convención del Partido Demócrata

Los expresidentes Clinton y Carter y republicanos moderados avalan la candidatura del antiguo número dos de Obama, que tiene cierta ventaja sobre Trump en las encuestas

19 ago 2020 . Actualizado a las 16:35 h.

El exvicepresidente de Obama Joe Biden fue elegido anoche formalmente candidato presidencial del Partido Demócrata para enfrentarse a Donald Trump en las elecciones del próximo 3 de noviembre. Los votantes de todo el país habían alzado su voz durante la temporada de caucus y primarias entre febrero y junio, pero en el complicado sistema electoral de EE.UU. solo eligen a los delegados que votaron ayer de viva voz, estado por estado, durante el segundo día de la Convención Nacional Demócrata.

El repaso en vivo por todo el mapa de la unión, con todos sus cambios horarios y diferentes tonalidades, fue la parte más beneficiada del formato virtual con que se realiza la convención de la pandemia. El llamado roll-call duro en el 2016 más de hora y media, pero se condensó la noche del martes en poco más de 30 minutos en los que el candidato de 77 años obtuvo los 1991 votos requeridos para su nominación, que de acuerdo a los cánones alcanzó al votar su estado de Delaware. «Gracias desde el fondo de mi corazón», contestó el ya candidato presidencial. Biden aceptará formalmente la nominación mañana jueves, cuando sea coronado sin globos ni confetis.

Hace mucho que no hay sorpresas en esto, todo está dicho y pactado antes de llegar a la convención, aún más en este año en que se realiza mediante vídeos pregrabados. Para quien pensase que Alexandria Ocasio-Cortez había roto el guion al nominar a Bernie Sanders, la joven congresista del Bronx aclaro por Twitter que solo respondía al encargo del partido, porque de acuerdo a las normas todos los candidatos que hubieran pasado el número de votos necesarios necesitaba ser nominados en voz alta, y quién mejor que ella.

Al hacerlo declaró su lealtad al líder socialista que ha hecho pacíficamente la revolución de la que es hija y al «movimiento de masas populares que trabaja para establecer derechos humanos, económicos y sociales del siglo XXI, incluyendo garantizar la asistencia médica, la educación superior, salarios dignos y derechos laborales para todos», dijo durante el único minuto que el partido le concedió. Parecían peticiones básicas, pero son suficientes como para que se la pinte de radical y se le impida mayor protagonismo, por miedo a que los republicanos dibujen a Biden como una marioneta de la izquierda.

Aparte de los formalismos, la segunda jornada de la convención demócrata de Milwaukee (Wisconsin), donde en realidad solo estaba el presidente del partido Tom Pérez, tenía como objetivo dibujar el contraste que supondría la presidencia de Joe Biden con respecto a la de Donald Trump. De eso se encargaron los pesos pesados del partido demócrata y algunos del republicano, donde Biden aspira a pescar votos de los conservadores escandalizados con Trump.

Si la noche anterior le tocó ese papel a John Kasich, exgobernador de Ohio y excandidato presidencial del Partido Republicano, ayer fue el turno de Colin Powell, porque «nunca tendrás duda de que estará con nuestros amigos y se enfrentará a nuestros adversarios», explico. «Confiará en nuestros diplomáticos y en nuestra comunidad de inteligencia, no en los cumplidos de dictadores y déspotas».

Logros en el exterior

El ex candidato presidencial y exsecretario de estado John Kerry se encargó de repasar los logros en política exterior del gobierno de Obama de los que da crédito a Biden, cómo eliminar la amenaza nuclear de Irán, construir una coalición de 68 países para luchar contra el Estado Islámico, detener el ébola antes de que se convirtiera en pandemia y firmar un acuerdo con 195 países para combatir el cambio climático. «Donald Trump heredó una economía en crecimiento y un mundo más pacífico, pero como todo lo demás que heredó, lo llevó la bancarrota», arremetió.

Más duro aún fue el expresidente Bill Clinton, un animal político que por primera vez tuvo que enfrentarse a una convención sin la energía de las masas de la que se alimenta habitualmente, sino solo frente a la cámara en el salón de su casa de Chappaqua (Nueva York). «Donald Trump dice que estamos liberando el mundo. Bueno, somos la única economía industrial importante que ha triplicado su tasa de desempleo», afirmó. «en un momento como este en la oficina oval debería ser un centro de mando. Sin embargo, Es un centro de tormentas. Solo hay caos. Y lo único que nunca cambia ese empeño en negar su responsabilidad y echarle la culpa alguien más».

Todos prometen que Joe reconstruirá Estados Unidos y recuperará las relaciones con los aliados que «se tardan décadas en construir, pero se destruyen con un simple tuit», alertó Linda Thomas-Greenfield, ex embajadora para «los agujeros de mierda» africanos, en palabras de Trump.

La elección está clara, según Clinton. Si Trump sale reelegido «¿sabes lo que hará con cuatro años más? Culpar, intimidad y menospreciar». ¿Y sabes lo que hará Joe Biden? Reconstruir aún mejor». Lo que se juega el 3 de noviembre es «una batalla por la seguridad Estados Unidos y del mundo», advirtió Kerry.