Nuevo choque en el Ejecutivo: Iglesias acusa a Celaá de falta de liderazgo en el inicio del curso

Redacción LA VOZ

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Isabel Celaá, ministra de Educacion y FP
Isabel Celaá, ministra de Educacion y FP

El enfrentamiento se suma a otros sobre el rey emérito, el estado de alarma, la ley de libertad sexual y el pacto con Bildu

26 ago 2020 . Actualizado a las 08:58 h.

España no solo está en vilo por cómo evoluciona la pandemia por el covid-19. El Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos afronta un septiembre negro. Las discrepancias en su seno van en aumento. Ambos partidos y sus líderes dejaron ayer una muestra más de esa dura convivencia de interés que puede saltar por los aires en cualquier momento.

Mientras Pedro Sánchez mostró tras el primer Consejo de Ministros después de las vacaciones estivales «su total confianza y apoyo» a Pablo Iglesias y a la limpieza de las finanzas de Podemos, el líder del partido morado rompía el secreto de las deliberaciones y criticaba a la titular de Educación, Isabel Celaá, por su «falta de liderazgo» en el inicio del curso escolar.

El «desencuentro» por la «vuelta segura» a los centros educativos, con la reducción de la ratio de alumnos, no fue explicado en rueda de prensa por Sánchez, pese a ser preguntado por ello. El presidente se agarró a la «confidencialidad» en las deliberaciones en el citado órgano para no aclarar el choque. Se limitó a concretar que el Gobierno ha permitido que se contraten 30.000 docentes más, gracias al fondo de 2.000 millones destinado a la educación.

Y es que parece que cambiaron las tornas. Atrás quedan los días en los que el presidente aseguraba que no dormiría tranquilo con el líder de Podemos en su equipo. Y eso que es ya un partido imputado, al igual que su tesorero y su secretario de comunicación, por presunta malversación.

Monarquía. Otra de las grandes discrepancias en el Gobierno de coalición es sobre Juan Carlos I y su marcha de España. Podemos la calificó de «indigna» y reclamó la república. La vicepresidenta Carmen Calvo no se anduvo con contemplaciones y exigió a sus socios que dejen de hablar de «huida indigna», porque «no huye de nada», ya que «no está inmerso en ninguna causa» judicial. 

Estado de alarma. Un choque importante fue en el Consejo de Ministros del 14 de marzo cuando se aprobó el estado de alarma. Los tiras y aflojas sobre «las escasas medidas económicas» a favor de los más desfavorecidos provocaron fuertes discusiones que llevaron a Iglesias a romper su aislamiento (su compañera y ministra Irene Montero había dado positivo en covid) y a acudir a la Moncloa, donde tuvo sus más y sus menos con Nadia Calviño. 

Ley de libertad sexual. Los enfrentamientos en el Gobierno es un continuo goteo. La primera gran guerra fue la protagonizada por los vicepresidentes Pablo Iglesias y Carmen Calvo en marzo a raíz de la nueva ley de libertad sexual, anunciada con «graves errores técnicos», según esta, sobre el texto responsabilidad de la titular de Igualdad, Irene Montero. Y que llevó a Iglesias a valorar como «machismo frustrado». 

Reforma laboral. De mayo es la confrontación por el pacto del Gobierno con Bildu para derogar «íntegramente la reforma laboral» antes de que acabasen las medidas extraordinarias adoptadas por la crisis del covid-19 en materia económica y laboral, de lo que luego el PSOE se desdijo, por presión de Nadia Calviño, cuando ya había logrado la abstención de los independentistas vascos para prolongar el estado de alarma. No se entendió el acuerdo ya que la prórroga la tenía garantizada con los apoyos de PNV y Cs. 

El caso de José Couso. El Gobierno ha recurrido ante el Supremo la indemnización fijada por la Audiencia Nacional al Estado para abonar a la familia del cámara José Couso muerto en Irak en el 2003, por no haberle prestado ayuda diplomática. La formación morada discrepa del recurso y pide que se repare el daño causado. 

Cataluña. Aunque en el desafío independentista, PSOE y Podemos hilan fino, este último para no enfadar a sus socios de En Comú, ambos disienten. Iglesias habla de exiliados y presos políticos, aunque para formar Gobierno admitió que «no están en la cárcel por pensar», sino por sus «acciones».