Polémica en las redes por la decoración franquista de un bar en Arteixo

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

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Alberto mahía

El dueño apela a la libertad de expresión y de pensamiento

29 ago 2020 . Actualizado a las 00:36 h.

En Chamín, en la carretera que conduce de Barrañán a Caión, hay un bar de toda la vida conocido como O Ferrador. Se distingue del resto por su decoración. Los símbolos franquistas, con sus fotografías, banderas y lemas preconstitucionales lo llenan todo. Por dentro y por fuera. Ya el toldo, flanqueado por dos enseñas con el águila dibujada, anuncia qué se encontrarán dentro los clientes, un bar cuyo propietario extraña a Franco.

«Una, grande y libre», se lee al entrar. Y el dueño se muestra muy orgulloso de ello. Esto es lo que piensa José Manuel Castiñeiras: «Es mi casa y en una propiedad privada se puede poner lo que uno quiera porque existe libertad de expresión y de pensamiento».

Pese a que las banderas preconstitucionales ondean desde poco antes de la llegada de la pandemia, el bar se hace viral en las redes sociales de manera periódica. Y ahora es uno de esos momentos. A José Manuel le da igual. «Yo respeto a los que no piensan como yo, pero se ve que ellos no me respetan a mí», dice. Es más, los invita a entrar a tomar algo. «No les cobro. Solo quiero que me conozcan y así se den cuenta de que no están ante una persona irrespetuosa», añade. Quiere dejar claro que su negocio «está abierto a todo el mundo y a todos se les tratará bien, sin importar lo que piensen ni a quién voten».

José Manuel Castiñeiras dice, además, que tener banderas o símbolos preconstitucionales no es un delito ni motivo de sanción alguna siempre que estén en lugares privados, circunstancia que ratifican fuentes municipales. Recuerdan a los que piden una multa o la retirada de las banderas por parte de la policía, sean de la ideología que sean, que eso está permitido mientras no se muestren en edificios públicos.

 Memoria Histórica

Lo pone la Ley de Memoria Histórica aprobada en el Gobierno de Zapatero, en la que se viene a decir que en España no está castigada penalmente, ni siquiera prohibida como regla general, la apología del franquismo.

Pese a todo, las redes sociales echan humo contra el bar de José Manuel Castiñeiras. Hay gente que pide la retirada inminente de la simbología o una sanción ejemplar. Incluso que los proveedores «tomen nota» y le dejen de servir. O, simplemente, piden a la gente que no acuda al negocio.

No solo se critica al bar O Ferrador en las redes sociales. Cuenta José Manuel que está cansado de ver pasar coches en los que «los conductores bajan la ventanilla para insultarme. A mí me tira de un pie, pues eso demuestra que los que no respetan la libertad de expresión son ellos, no yo».

Los conductores bajan la ventanilla para insultarme. A mí me tira de un pie»

El propietario del establecimiento compara el ataque de muchos hacia su persona con «la permisividad» que se tiene con el alcalde de Oleiros. «Mientras yo cuelgo unas banderas de mi ventana, de mi casa, de una propiedad que yo pagué, él pone lo que quiere y ensalza la dictadura cubana en el mobiliario público».