Álvarez de Toledo conservará el escaño por la «deuda moral» con sus votantes

La Voz MADRID / LA VOZ

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Cayetana Álvarez de Toledo, en su escaño del Congreso, el pasado julio
Cayetana Álvarez de Toledo, en su escaño del Congreso, el pasado julio Jesús Hellín

Preocupación en Génova por el nuevo rol que pueda asumir su exportavoz

31 ago 2020 . Actualizado a las 08:51 h.

En apenas unos meses, Cayetana Álvarez de Toledo ha pasado de ser uno de los grandes puntales que constantemente trataba de poner en valor la dirección nacional del PP a convertirse en un problema que amenaza con levantar no pocos quebraderos de cabeza a Pablo Casado. Según confirmó ayer la diputada por Barcelona en una entrevista publicada por El Mundo, por el momento no entra en sus planes más inmediatos renunciar al acta de diputada obtenida en las pasadas elecciones generales.

Álvarez de Toledo justifica esta decisión por la «deuda moral» que contrajo con sus votantes en los comicios celebrados el pasado 10 de noviembre, y confía en ser capaz de demostrar en lo que reste de legislatura que «la libertad no es sinónimo de indisciplina, sino requisito para una política mejor».

Relevo en la portavocía

La diputada popular fue destituida el 17 de agosto como portavoz del grupo parlamentario en el Congreso. Génova, que nombró en su lugar a la exalcaldesa de Logroño Cuca Gamarra, alegó que el relevo respondía a los intentos de Álvarez de Toledo de disfrutar de absoluta autonomía como representante del Grupo Popular en la Cámara Baja, una circunstancia que el presidente del partido, Pablo Casado, no estaba dispuesto a permitir. Según trasladaron fuentes de la dirección nacional, la gota que colmó el vaso fueron las declaraciones críticas de la ya exportavoz parlamentaria sobre la salida del rey emérito del país, en las que se saltó el argumentario del partido.

La destitución de Álvarez de Toledo generó un importante revuelo en las filas populares, pero la dirección confiaba en que su diputada por Barcelona renunciase al acta y poder así dar carpetazo al asunto para la apertura del nuevo curso político. Sin embargo, tras un par de semanas de meditación, la marquesa de Casa Fuerte ha decidido seguir trabajando desde su escaño en el Congreso: «Por el momento me quedo: voy a averiguar hasta dónde llega la libertad de un diputado de base». Álvarez de Toledo dice que no tiene «ninguna necesidad» de quebrar la disciplina de grupo, pero tampoco descarta que pueda llegar a votar en contra de lo estipulado por la dirección del PP.

Críticas a García-Egea

En la entrevista, Álvarez de Toledo asegura que cuando Casado la eligió para liderar a la bancada popular en la Carrera de San Jerónimo, este le «pidió enfáticamente» que «ejerciera la política con la máxima libertad», incluso animando a criticarlo si lo veía oportuno: «Esa era una cláusula sustancial de nuestro acuerdo. No hubo equívocos. Lo que creo que ha habido es un cambio de criterio», añade sobre una decisión en la que intuye que ha tenido mucho que ver el secretario general del PP, Teodoro García Egea. «Desde el primer minuto, se propuso controlar de forma absoluta la dirección del grupo parlamentario», criticó.

La destitución de Álvarez de Toledo también fue interpretada como una señal de la pérdida de peso de Aznar en Génova, al ser esta patrona de FAES.