Navalni recibe el alta médica y abandona el hospital

Juan Carlos Barrena BERLÍN / COLPISA

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Alexei Navalni con su mujer, Julia, en un acto en Rusia antes de su envenenamiento
Alexei Navalni con su mujer, Julia, en un acto en Rusia antes de su envenenamiento

Tras 32 días de tratamiento, el estado del líder opositor ruso «ha mejorado hasta el punto de que se ha podido finalizar el tratamiento médico más agudo»

23 sep 2020 . Actualizado a las 16:26 h.

El opositor ruso Alexéi Navalni ha recibido el alta médica y abandonado la Charité, el Hospital Universitario de Berlín donde fue ingresado el pasado 22 de agosto en estado de coma tras sufrir un envenenamiento con el agente químico novichok. Tras 32 días de tratamiento, 24 de ellos en la unidad de cuidados intensivos, «su estado ha mejorado hasta el punto de que se ha podido finalizar el tratamiento médico más agudo», informó el centro clínico a través de Twitter.

«Los médicos que le atienden consideran que debido al desarrollo clínico y la actual situación del paciente es posible que sane por completo», subrayó la Charité en su breve mensaje, aunque posibles secuelas a largo plazo se podrán valorar en el futuro desarrollo del proceso de recuperación.

El hospital destacó que Navalni abandonó ya este martes el hospital. Desde entonces reside en una vivienda en centro de la capital alemana custodiado por un fuerte dispositivo policial, según informaciones de su entorno.

El abogado de 44 años y activista anticorrupción colapsó y perdió el conocimiento a bordo de un avión cuando viajaba desde la ciudad siberiana de Tomsk a Moscú. Tras un aterrizaje forzoso en la ciudad de Omsk, Navalni fue atendido en un hospital local y trasladado dos días después en un avión medicalizado fletado por simpatizantes del disidente a Berlín, donde los médicos diagnosticaron un envenenamiento con el agente químico novichok, una sustancia de producción bélica creada por la Unión Soviética en la década de los 70.

Análisis realizados por un laboratorio del Bundeswehr, el Ejército federal alemán, y dos laboratorios independientes de Francia y Suecia confirmaron el agente tóxico utilizado contra Navalni, en un acto que la canciller federal, Angela Merkel, calificó de «atentado para acabar con la vida y silenciar» al crítico con el régimen del presidente ruso, Vladimir Putin. Moscú ha rechazado insistentemente toda vinculación con el atentado contra el líder opositor.

Desde que los médicos le sacaron del coma inducido, Navalni ha publicado varios mensajes en las redes sociales para tranquilizar a sus seguidores y asegurar que piensa continuar con su lucha política. El opositor tiene intención de regresar cuanto antes a Rusia para seguir con sus actividades de denuncia de corrupción del gobierno y las autoridades de Moscú.

Este martes comentó en su blog que los expertos habían certificado la presencia de rastros de novichok en su organismo. «No esperaba otra cosa», escribía Navalni al comentar que Rusia no había iniciado hasta ahora una investigación del atentado contra su persona y propagar informaciones de que tras su envenenamientos se encuentran sus propios seguidores o incluso agentes alemanes u occidentales.

Navalni exigió además la devolución de la ropa que llevaba puesta en el momento en el que perdió el conocimiento y que le fue quitada en el hospital de Omsk. «Si se tiene en cuenta que se ha encontrado novichok en mi organismo y que el envenenamiento se produjo muy probablemente por contacto físico, mi ropa es una prueba muy importante», señaló el abogado. Navalni publicó además una foto junto a su esposa Yulia y el comentario: «Ahora sé por experiencia que el amor cura y le devuelve a uno la vida». El opositor comentó que no recuerda nada de las circunstancias de su envenenamiento, pero subraya que su mujer ha sido decisiva para su curación: «Yulia, tú me has salvado«.

Entre tanto el embajador de Rusia en Alemania, Serguéi Nechaiev, ha advertido contra todo tipo de acusaciones de culpabilidad contra su país. Se ha desatado artificialmente una «histeria antirrusa«, afirma Nechaeiev en declaraciones que publica hoy el diario Berliner Zeitung. «Lo que no aceptamos de ninguna manera es la afirmación amenazante de que el Gobierno ruso tiene algo que ver con el caso. No podemos aceptar ultimátum y amenazas de sanciones», declara el diplomático.

Nechaiev exige de las autoridades alemanas que presenten a la policía rusa pruebas para que esta pueda abrir una investigación oficial. «Nos tomamos el caso muy seriamente», asegura el embajador de Rusia, quien lamenta el retraso en la respuesta a dos peticiones de Moscú a Berlín para recibir asistencia jurídica y el rechazo a la propuesta del Colegio de Médicos de Rusia de colaborar con sus colegas germanos. «Nos falta la colaboración por parte alemana», asegura Nechaiev. En cuanto a las acusaciones de que las autoridades rusas envenenaron a Navalni, recuerda que fueron médicos rusos los primeros que le trataron y que Moscú no puso objeciones a su traslado a Berlín.