División de opiniones de los expertos sobre la reducción de parlamentarios

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Los diputados del PSOE aplauden a su portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, tras su intervención
Los diputados del PSOE aplauden a su portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, tras su intervención J. Hellín | EUROPA PRESS

La eliminación de diputados y senadores en Italia reabre el debate en España

27 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Italia eliminará 345 escaños de sus cámaras legislativas. Así lo han decidido los ciudadanos en un referendo sobre la reforma constitucional necesaria para llevar a cabo esta drástica reducción de parlamentarios. La Cámara de Diputados pasará de 630 a 400 escaños, y el Senado tendrá 200 en lugar de los 315 actuales. Se calcula que este recorte supondrá un ahorro de 100 millones al año. ¿Sería positivo acometer una reducción similar en España, donde hay 350 diputados y 265 senadores?

en contra

Discurso populista, puramente simbólico. Para la politóloga Verónica Fumanal, se trata de «un discurso de corte populista». Y lo explica: «cuantos menos diputados, menos representatividad hay; es decir, si España tuviera menos diputados sería más alta la barrera de entrada y por lo tanto, los grupos minoritarios no obtendrían representación». Su conclusión: «No me parece una buena idea».

Santiago Martínez. Consultor político, profesor de oratoria y «media trainer» en campañas electorales en diferentes países del mundo
Santiago Martínez. Consultor político, profesor de oratoria y «media trainer» en campañas electorales en diferentes países del mundo SANDRA ALONSO

«Una reducción sería fundamentalmente simbólica y, hecha en caliente, sin sentido estratégico o significación claras, tal como están funcionando casi todos los partidos en España hoy», asegura Carlos Barrera, experto en comunicación electoral. «Lo principal no es el número de parlamentarios, sino la calidad del funcionamiento democrático en las tareas legislativas y de fiscalización del Ejecutivo propias de ambas cámaras», concluye.

A FAVOR

Innecesarios. El consultor político Santiago Martínez considera que «con el sistema actual es innecesario el número de cargos electos, se trate del Congreso, el Senado o las asambleas autonómicas». Señala que «en los grupos parlamentarios son unos pocos los que llevan y coordinan los asuntos, los demás solo están para apretar un botón». «Nuestro sistema de listas cerradas propicia que el diputado le deba el cargo al partido que lo designó y no a los votantes de la circunscripción territorial que en teoría representa», asegura. «También provoca que haya cargos designados por el partido ad eternam, que pueden pasar décadas viviendo de la política sin que haya una regeneración», añade. «Así que a falta de una reforma de nuestro sistema electoral hacia listas abiertas y voto con representación directa, el recorte de diputados me parecería una buena medida», opina. «Lo que 350 diputados hacen hoy en día en las Cortes lo podrían hacer perfectamente la mitad, insisto, con el sistema actual en el que vivimos una dictadura de los partidos», afirma.

Carlos Barrera, experto en comunicación electoral y profesor de Medios de Comunicación y Política en la España Reciente  (Universidad de Navarra),
Carlos Barrera, experto en comunicación electoral y profesor de Medios de Comunicación y Política en la España Reciente (Universidad de Navarra),

Explica que «Alemania cuenta con 69 diputados en su Bundesrat y 598 en el Bundestag, pero la mitad son elegidos directamente por el elector, debiendo así su cargo no tanto al partido, sino al electorado de su circunscripción». Por lo tanto, «el problema no es el número de diputados, sino lo que estos hacen en función del sistema electoral del país, y en España es evidente que la labor de la mayoría de los diputados, sobre todo cuanto más grande es su grupo parlamentario, es nula o meramente decorativa».

¿menos ministros?

Prioridades. «Manteniendo que debe ser una decisión estricta del presidente del Gobierno, la realidad nos enseña que hay ministerios muy desiguales en tamaño y competencias, debido a la estructura cuasifederal del poder, y por lo tanto debería imponerse una racionalización de las estructuras ministeriales», opina Barrera. «Un gobierno de coalición no puede ser una coartada para aumentar el tamaño de los gobiernos y las administraciones públicas», señala. «Depende de las prioridades de un gobierno; está claro que si no tiene entre sus prioridades la igualdad no habrá un ministerio para coordinar todas las políticas e impulsarlas, pero si para un gobierno es importante, es necesario que le dé visibilidad con una cartera y competencias», sostiene Fumanal. «No, el poder ejecutivo sí requiere de personal, cualificado y bien pagado, pues ahí radica la gestión eficaz de un buen gobierno», asegura Martínez. «Una reducción de ministerios no supone una gran diferencia en términos de gasto, todo lo contrario, puede producir ineficiencias», concluye.

El recorte de las estructuras del Estado choca con los intereses de los partidos

¿Hay que reducir las estructuras del Estado? «Reducir va a ser difícil por los muchos intereses creados en tantos partidos políticos que dominan gobiernos y ayuntamientos, pero al menos se puede empezar por no aumentarlas», afirma Barrera. «Se debe confiar más en los altos funcionarios apolíticos para tareas que tienden a acaparar crecientemente cargos políticos de confianza, y limitar de alguna manera estos últimos», explica. «El país, las comunidades, salen adelante sobre todo por aquellos que son los elementos de continuidad; estos a su vez necesitan, es cierto, un impulso político y líneas a seguir, que son responsabilidades de los políticos gobernantes», concluye.

Verónica Fumanal, politóloga. Fue directora de comunicación de Pedro Sánchez y asesora de Albert Rivera, presidenta de la Asociación de Comunicación Política
Verónica Fumanal, politóloga. Fue directora de comunicación de Pedro Sánchez y asesora de Albert Rivera, presidenta de la Asociación de Comunicación Política

«En general, por supuesto, quién puede estar en desacuerdo con reducir estructuras y simplificarlas», asegura Fumanal. Sin embargo, «este debate es muy complejo; por ejemplo, las diputaciones y las comarcas siempre han sido las grandes criticadas como estructuras superfluas y, sin embargo, para Galicia o Aragón, donde hay muchos pueblos que no pueden tener servicios públicos por sí mismos, son la solución para mancomunarlos y prestar servicios a los ciudadano».

Ineficacia en la gestión

«A nivel legislativo tendría sentido reducir el número de diputados, darle al Senado la labor de representación territorial que se lleva reclamando por décadas y que actualmente por composición y funciones no tiene, porque de lo contrario seguirá siendo una cámara para el retiro dorado de ciertos dinosaurios políticos en agradecimiento por los servicios prestados», señala Martínez. «Una cámara de segunda vuelta, y territorial de verdad como predica la Constitución, sería perfectamente operativa con 100 senadores, por lo que en la situación actual no tiene sentido que una cámara tan inoperativa y sin apenas funciones de calado mantenga a 265 personas», afirma. «También habría que reconsiderar las diputaciones, puesto que sus funciones pueden ser asumidas por otros entes, y lamentablemente se han usado como Senados territoriales para colocar a cargos y enchufar asesores del partido», añade. «Obviamente aquí hay una ineficiencia del sistema en lo que a gestión pública se refiere ya que solo en Galicia las cuatro diputaciones administran más 500 millones de euros», concluye.